domingo, 22 de junio de 2014

En Corea del Sur, mujeres de la tercera edad se prostituyen para sobrevivir

Hace algunos años, los surcoreanos pensaron que sus hijos cuidarían de ellos cuando se retiraran del trabajo. Pero ahora, esos hombres y mujeres que trabajaron duro para transformar la economía del país encontraron que sus hijos tienen otros tipos de prioridades en sus gastos. Y por ese motivo, algunas mujeres en el umbral de la tercera edad se han visto obligadas a dedicarse a la prostitución para sobrevivir.
El centro de este mercado sexual es el parque Jongmyo, ubicado en el corazón de Seúl. Es un lugar de encuentro de jubilados, donde algunos juegan ajedrez, otros comentan sobre los vecinos. Mujeres en sus 50, 60, inclusive en sus 70 se ubican en los límites del parque, ofreciendo a los hombres botellitas con la popular bebida energética conocida como Bacchu.
Comprar una sola de las "chicas Bacchu”, como las llaman, puede significar el primer paso de un viaje solitario que terminará en un hotel barato al cruzar la esquina.
Reunidos alrededor de un juego de ajedrez, un grupo de abuelos observa el lento avance de la partida. Y la mitad de los que están allí, dicen, ha utilizado los servicios de las "Chicas Bacchu”.
"Somos hombres y sentimos curiosidad de estar con una mujer”, dice un hombre de 60 años que se apellida Kim. "Tomamos un trago, después deslizamos un poco de dinero en sus manos y las cosas pasan -continúa-. A los hombres nos gusta tener mujeres a nuestro lado, sean viejas o no, sexualmente activas o no. Es simple psicología masculina”.
La mayoría de las "Chicas Bacchu” empezaron a vender sus cuerpos cuando ya eran más adultas, como resultado de una nueva clase de pobreza de la tercera edad. Así lo define la doctora Lee Ho-Sun, quien es tal vez la única persona que ha estudiado el tema en detalle.
Una de las personas que entrevistaron para su investigación fue una mujer que comenzó a prostituirse a los 68 años.
Son cerca de 400 las mujeres que trabajan en el parque, a las que desde pequeñas les enseñaron que el respeto y el honor son lo más importante del mundo. "Una ‘Chica Bacchu’ me dijo: ‘Tengo hambre, no necesito el respeto ni el honor. Sólo quiero comer tres veces al día’”, señala Lee.
Salubridad
Pero hay un grave problema. En los maletines que cargan estas mujeres, además de las botellitas, también llevan una inyección que supuestamente ayuda a mejorar el desempeño de los hombres -la mayoría con más de 60 años- en la cama.
El tema radica en que las agujas para aplicar las inyecciones son utilizadas 10 o 20 veces. Según una encuesta local, al menos el 40% de los hombres tiene alguna enfermedad de transmisión sexual, con el agravante de que las enfermedades más comunes no estaban dentro de la encuesta.
Por esa razón, algunos gobiernos locales han empezado a ofrecer educación sexual a los adultos mayores.
El lugar donde termina este viaje solitario está ubicado al lado de una autopista. Allí, por un corredor, se llega a un cuarto gris, que se abre cuando llega la pareja. Adentro, una cama enorme ocupa la mayoría del espacio. Un colchón delgado y una almohada pequeña invitan a que la estadía sea breve. (BBC Mundo)

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