martes, 23 de febrero de 2016

“Quienes padecen el “síndrome de mujer agotada” se esfuerzan de tal modo para afrontar sus tareas y responsabilidades diarias



“Quienes padecen el “síndrome de mujer agotada” se esfuerzan de tal modo para afrontar sus tareas y responsabilidades diarias, que desgastan más de lo admisible para su organismo, padecen cansancio crónico y se acostumbran y resignan a sentirse así”, señala la experta en nutrición Pilar Benítez.

“¡Estoy agotada!”. Esta es una expresión muy generalizada entre muchas mujeres de hoy en día que viven en una situación de auto exigencia sostenida, debido a que deben conciliar familia y trabajo, o que vuelcan toda su atención en su vida laboral sin dedicar parte de su tiempo a su imprescindible cuidado personal.

Pilar Benítez, una licenciada en Ciencias Empresariales que se ha especializado en nutrición energética, salud y cocina terapéutica, profundizando en la meditación taoísta y budista, define esta situación como “síndrome de mujer agotada” o SMA.

Las mujeres con SMA “se esfuerzan tanto para afrontar todas sus tareas y responsabilidades diarias que se desgastan más de lo admisible para su organismo, padecen cansancio crónico y se acostumbran y resignan a sentirse siempre así”, señala Benítez, autora del libro ‘Mujeres agotadas y cómo dejar de serlo’.

“Las mujeres en general somos muy autoexigentes y acabamos haciéndonos responsables de todo. Lo queremos hacer todo bien y, al final, nos quedamos sin energía para nosotras mismas”, reconoce a Efe esta orientadora.

Benítez sabe muy bien de lo que habla porque ha tenido cinco hijos y, como tantas otras, ha necesitado organizarse para poder compaginar la maternidad y la familia con la vida laboral, la continua formación, el ejercicio y la práctica de la meditación, entre muchas otras actividades y responsabilidades.

Para poder abordarlo todo con energía, alegría y eficacia, esta experta ha creado un método de salud natural femenina, denominado ‘¡Siéntete Radiante!’ (http://sienteteradiante.com) , que integra consejos sobre dieta, respiración, ejercicios, meditación y gestión de las emociones.

Para Benítez es fundamental que las mujeres “tomen conciencia de que, si no se cuidan ellas, no lo hará nadie, y de que vigilarse es la clave para poder conciliar y encontrar equilibrio entre todas sus responsabilidades y tareas, e ir cumpliendo años sin un desgaste exagerado”.

Para dar algunas muestras de cómo puede alcanzarse ese objetivo y plantar la semilla de unos nuevos hábitos más saludables, la autora traslada a ECOS una serie de consejos muy prácticos y concretos para que una mujer pueda estar más viva, enérgica y tranquila, atendiendo un poco mejor sus necesidades básicas consiguiendo encontrarse:.

Para organizarse mejor.

“Consumimos grandes cantidades de energía cuando revisamos de forma mental y constante todo lo que tenemos pendiente por hacer. Y, muchas veces, nos agotamos pensando que nos podemos olvidar de algo que es importante”, señala Benítez.

Para solucionarlo aconseja apuntar cada idea, compromiso, tarea y obligación en una libreta de notas o en el celular, y revisarla periódicamente.
“Allí registraremos todos nuestros asuntos pendientes, de forma que podamos ordenarlos, establecer los tiempos para realizarlos y sus prioridades. De esta forma, relajaremos nuestra mente y la dejaremos disponible para funciones más creativas”, destaca.
Comprar con sentido.

“El problema principal de la mayoría de las mujeres es que compran con una idea falsa de lo que es saludable y lo que no”, asegura Benítez.
“Aunque la dieta mediterránea suele ser muy beneficiosa, es fácil que nos desviemos de ella y acabemos comprando y comiendo demasiados productos refinados (procesados), demasiada carne, embutidos, lácteos y azúcar y, en comparación, pocos cereales integrales, pocas legumbres y poca verdura”, añade.

Para mejorarlo la experta recomienda adquirir el hábito de hacer una compra con sentido, “es decir, comprar, pensando no solo en los alimentos fáciles de preparar y a los que estamos acostumbrados o con los que sabemos que no habrá protestas, para saciar el apetito, sino en tener un buen equilibrio energético que nos permita hacer las actividades del día y disfrutarlas”.
Comer mejor.

Pilar Benítez no propone una dieta, sino ¡un cambio de alimentación! dentro y fuera de casa.
Para esta experta “es importante tener presente las proporciones adecuadas de los distintos grupos de alimentos: un 50 por ciento de cereales integrales, un 20 por ciento de proteínas, un 30-35 por ciento de verduras, y un 5-10 por ciento de semillas, aceites, algas, sal, sopas, frutos secos y fruta”.

“Si respetamos estas proporciones tendremos mucha más energía y no sentiremos la necesidad de comer tentempiés ni golosinas. Lo fundamental es que nuestras comidas incluyan los tres grupos de alimentos principales: cereales integrales, verduras y proteínas. El resto lo podemos ir incluyendo a nuestro gusto, sin olvidar que los aceites procedentes de semillas y frutos secos son muy importantes para la salud femenina”, añade. Para incorporar el hábito de comer saludable también fuera de casa Benítez aconseja tener en cuenta que “el desayuno y la comida son las ingestiones más potentes del día y, por eso, debemos tomar en ellas los carbohidratos, o sea, los cereales: arroz, pasta, quinoa o avena, entre otros” .

“Idealmente, la comida del mediodía debería incluir cereales integrales, legumbres (judías, guisantes, lentejas, garbanzos) y verduras y, si queremos, algo de carne (evitando las carnes rojas y los embutidos) o pescado ( fresco o ultra congelado y preparado a la plancha, vapor o al horno). Es importante vigilar cuál es el origen de estos alimentos”, prosigue .

Para Benítez, “la comida debe ser completa para no llegar a la noche desfallecidas y hambrientas. Es mejor comer bien al mediodía y luego cenar con moderación para asegurarnos un buen descanso”, recalca.

Buscando el silencio interior.
Pilar Benítez propone el siguiente ejercicio mental: “Imagine un lago lleno de gente nadando, chapoteando, jugando o navegando. La superficie no deja de moverse y el agua está agitada. Imagine que, de pronto, todo el mundo se va y solo queda una ligera brisa acariciando la superficie y formando pequeñas ondas o dibujos. Es suave, pero nos impide ver el fondo, pues sigue agitando levemente la superficie del lago”, explica.

“Su ‘misión’ es intentar aquietar esa brisa para tratar de ver qué hay bajo el agua. Con el tiempo descubrirá que hay tesoros increíbles, talentos y dones que le hacen una mujer única: creatividad, intuición, compasión, amor universal”, prosigue.

“Se trata de una gran aventura, la aventura de la vida, de entender por qué estamos aquí y qué hemos venido a hacer. Eso es con lo que tenemos que conectar”, finaliza.

Para descansar y regenerarse.
Para empezar, Benítez sugiere comprobar que el colchón y la almohada sean adecuados para el descanso, al igual que las condiciones ambientales de ruido, luz y temperatura.

El siguiente paso es desconectar los aparatos electrónicos en la habitación y, a continuación, revisar los horarios de las cenas, con el objetivo de “cenar pronto, al menos dos horas antes de acostarte, y lo más ligero posible”, asegura.

“Lo primero no siempre se puede conseguir, pero lo segundo (cenar poca cantidad y platos de fácil digestión) resultará bastante fácil si durante el día se ha comido de forma energéticamente equilibrada, es decir, respetando las proporciones necesarias de los diferentes tipos de alimentos”, señala.

Para ponerse en forma
“Hacer ejercicio moderado regular, a ser posible a diario, es otro de los aspectos fundamentales para tener la energía adecuada, ya que nuestro cuerpo necesita moverse y esto beneficia a nuestro físico, psique y emociones”, según la especialista.

“Si se tiene tiempo, los mejor es ir a un gimnasio, nadar, correr, tomar clases de baile, hacer yoga o pilates, hacer senderismo o dar caminatas pero, en caso contrario, se puede hacer ejercicio en casa”, asevera la experta.

“Con 20 minutos un día sí y otro no, es suficiente, y el ejercicio puede consistir en tres o cuatro series de 20 sentadillas, 20 abdominales, 20 flexiones y 20 saltos, siendo más importante la regularidad que el esfuerzo puntual de un día”, señala.

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