Poco se sabe de María Barzola, la heroína de la masacre de Catavi del 21 de diciembre de 1942 en Potosí. Un sobreviviente la describe como una mujer adulta, "guapa, media blancona y alta”. La leyenda la recuerda envuelta en una bandera tricolor, a la cabeza de una columna de 8.000 mineros, enfrentando la metralla del Ejército en la pampa que años después llevaría su nombre.
Fundadora de una saga de luchadoras mineras, que tuvo en Domitila Chungara a una de sus últimas exponentes, María Barzola se incorporó al trabajo de la minería como palliri, tras la muerte de su esposo, un trabajador de apellido Cueto.
Narciso Aguilar, quien tenía nueve años cuando se produjo la matanza, nunca pudo olvidar los hechos de los que fue testigo.
"He visto la masacre (…).En la marcha había mucha baleadura, una señora me ha gritado, agáchate me ha dicho, encima de un muerto me ha empujado, muchas balas había”, recordó en un testimonio recogido por María Morales B., periodista de Radio Pío XII.
También recuerda haber visto a María Barzola, a quien describió como una mujer "guapa, media blancona y alta”.
"Antes de la matanza la he visto; como era niño, 9 años tenía, yo miraba y escuchaba; ella estaba agarrando la bandera (…). Mucha gente estaba en la marcha , mucho alboroto; después fue la baleadura, las mujeres gritaban, matanza era”, relató., relató.
Su nombre aparece en un solo documento oficial de la época, el informe que envió dos semanas después el coronel Luis A. Cuenca, comandante de la tropa represora, al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor, con la lista de 19 muertos, en la que María Barzola figura en último lugar.
La represión fue la respuesta del gobierno de Enrique Peñaranda (1940-1943) a la demanda de aumento salarial y mantenimiento de los precios de la pulpería formulada por el sindicato de Catavi.
La empresa Patiño rechazó el pedido y solicitó al Ejecutivo imponer el orden y evitar la huelga. Peñaranda movilizó tropas con destino a Catavi y declaró a Uncía y Llallagua dentro de jurisdicción militar.
Los militares se habían parapetado a la altura del kilómetro cuatro de la carretera de acceso a Catavi, frente a una pampa descubierta, donde esperaron a los mineros de Siglo XX y Uncía, que marchaban en tres columnas.
"De pronto, entre el alarido de las mujeres y el grito de protesta de los hombres, cayó una lluvia de plomo y fuego ", según el periodista y escritor Víctor Montoya.
"María Barzola, quien estaba en la fila de vanguardia, haciendo flamear la bandera tricolor y arengando contra las tropas dispuestas a convertir la pampa en un baño de sangre, fue la primera en caer abatida por las balas, envuelta en la bandera nacional y la mirada perdida en el horizonte”, añadió.
Una cruz, plantada en medio de la pampa, recuerda su gesta. En su honor, el entonces presidente Víctor Paz Estenssoro firmó en ese mismo lugar la ley de nacionalización de las minas el 31 de octubre de 1952.
Juan Carlos Salazar,
periodista.
María Morales B. Periodista de radio Pío XII
"La presencia de las mujeres mineras en las diferentes luchas de los mineros bolivianos le dan sentido y fuerza.María Barzola, inmolada en las pampas que ahora llevan su nombre, es un símbolo de convicción, consecuencia y valentía.
A la cabeza de la marcha sabía que arriesgaba su pellejo.
No dudó en ofrendar su vida por la causa de mejores salarios a favor de sus compañeros mineros, mal pagados por la Patiño Mines”.
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