Ayer, cerca del mediodía, familiares de la víctima, junto con el representante de la Defensoría del Pueblo, Hernán Cabrera, llegaron hasta el hospital Los Pocitos, del Plan Tres Mil, a fin de solicitar que se dé cumplimiento a la sentencia constitucional 206/2014, que autoriza el aborto impune (sin penalidad para que se practique) sin orden judicial, en caso de violación.
En la oportunidad, Cabrera argumentó que, de acuerdo con dicho dictamen, no se precisa de orden judicial para la interrupción del embarazo en casos de violación y, por lo tanto, se debe proceder a sola denuncia ante la Fiscalía.
El defensor del pueblo indicó que con este procedimiento se busca precautelar la vida de la menor, ya que un embarazo a su edad puede poner en riesgo su vida. “No está preparada ni física ni sicológicamente”, dijo.
La tía de la niña también respalda el pedido, al indicar que la niña está de acuerdo con el procedimiento y que “ni siquiera entiende que es lo que significa ser madre”.
“La vida es un don de Dios”
Al respecto, el arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, indicó que la Iglesia condena el delito de violación, pero defiende ante todo la vida humana. “No se soluciona el problema eliminando una vida inocente”, dijo, al agregar que “la vida es don de Dios y nadie tiene el derecho de manipularla”.
Gualberti aclaró que la Iglesia condena la violación y más aún si la víctima es una menor de edad.
Por su parte, el ejecutivo de la Federación de Sindicatos Médicos y Ramas Afines (Fesirmes), René Bilbao, dijo que la ley boliviana prohíbe el aborto, pero también lo permite en algunos casos, pero con orden judicial. Sin embargo, casos como estos ponen a los médicos en un dilema; por un lado está el principio ético basado en el juramento hipocrático de salvar vidas y, por otro, deben actuar conforme a lo que dicen las leyes.
La niña ya no va a la escuela
La tía de la menor contó que su sobrina dejó de asistir a la escuela desde que fue ultrajada por un mototaxista. “No quiere salir a ningún lado, solo llora y llora”, comentó la tía, que, al igual que la Defensoría, espera una respuesta del director del hospital sobre el pedido de interrupción del embarazo
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