"De cada 1.000 niñas que han sido vejadas, apenas cuatro (de los violadores) tienen sentencia. En los últimos días hay algunas débiles señales de que se está procediendo de manera más positiva. No podemos seguir contemplando que tengamos una justicia inoperante”, declaró el representante de la Defensoría.
Villena manifestó su preocupación por tales indicadores. "No podemos seguir repitiendo estas cifras porque tras ellas están rostros de niñas vejadas, familias destruidas, el futuro de niñas truncadas todo por la perversa relación que tenemos en este momento desigual entre sociedad y Estado”, declaró.
Tales informes, según Villena, revelan que el aparato judicial, "si bien la recarga es muy grande y no están con todos los medios para hacerlo, no obstante, eso no justifica nada para que esta situación controversial siga sin cambio”.
Registros
Según un informe presentado en 2014 por la directora del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de La Paz, Agustina Quispe, se registran, al año, 14.000 violaciones sexuales a niñas, niños, adolescentes y mujeres en el país.
Con estos indicadores, Bolivia es el segundo país de la región de América Latina con índices más altos de violencia sexual, luego de Haití.
Las estadísticas indican que siete de cada 10 mujeres bolivianas en algún momento de sus vidas fueron víctimas de violencia sexual, reportan datos brindados por la ONG IPAS.
Además, el 10% de los niños y niñas en Bolivia son víctimas de agresiones sexuales, en su mayoría dentro de su propio hogar, de acuerdo con la ONG Una Brisa de Esperanza, que cita al Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y a la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Datos de violaciones
Registro El 90% del riesgo de violación está entre las cuatro paredes del hogar, donde acechan padres, padrastros, hermanos, tíos, abuelos; es decir, cualquier pariente del sexo masculino y también los amigos de la familia pueden ser potenciales agresores sexuales de las menores
Riesgos La edad de mayor peligro está entre los seis y los 16 años, aunque en el ámbito educativo las adolescentes están más expuestas.
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