La incansable lucha de las mujeres por ser incluidas en el campo laboral, político y social de forma igualitaria, avanzó en gran medida los últimos años. Sin embargo, a pesar de la existencia de normas y leyes que respalden este hecho, la realidad es otra, puesto que un gran porcentaje de la población femenina trabaja en diferentes áreas con una mala remuneración en relación a su desempeño laboral. Por ello, diferentes sectores piden menos flores y más derechos para la mujer obrera.
Cabe recalcar que el 8 de marzo no es un día de celebración sino de conmemoración debido a dos acontecimientos importantes. El trágico hecho fue el incendio intencional en Nueva York de la fábrica textil Cotton el 8 de marzo de 1908, en el que resultaron calcinadas 146 obreras. Éstas habían ocupado las instalaciones en protesta por los bajos salarios y las inhumanas condiciones en que desempeñaban su labor.
Otra de las razones es el movimiento de protesta por la falta de alimentos iniciado por las mujeres rusas que desembocaría en el proceso revolucionario de octubre de ese año. Estos acontecimientos promovieron una dimensión mayor en defensa de los derechos de la mujer, lo cual es reforzado por instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
Al respecto, la directora del Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (ECAM), Peky Rubín de Celis, refirió que la situación de las mujeres trabajadoras ha logrado uno de los avances más significativos en la región.
Éste es el hecho de haber realizado la cuantificación, desde la Constitución Política del Estado (CPE), al trabajo no remunerado, que es el trabajo del hogar o también llamado el “cuidado de la vida”, puesto que aporta a las arcas del Estado. Éste se establece en el artículo 338: El Estado reconoce el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza y deberá cuantificarse en las cuentas públicas.
Asimismo, Rubín de Celis realza que aún queda una ardua labor en el cometido de brindar a las mujeres espacios de trabajo digno, equitativo y con respeto de sus derechos. “Necesitamos políticas, estrategias de Estado donde se potencie el trabajo con un enfoque de género destinado a las mujeres, puesto que una mujer también es jefa de hogar que tiene una familia que depende de ella”, agregó.
Incursión femenina
Con el transcurso del tiempo, la mujer ha ido incursionando de manera significativa en áreas que anteriormente se etiquetaban como únicamente aptas para varones. Es en este sentido, es que actualmente vemos mujeres taxistas, constructoras, técnicos, ingenieras y mujeres que desempeñan cargos políticos, entre otros.
La representante de la Federación de Constructores de Tarija, Felisa Tilera realzó la importante labor de la mujer en la sociedad y en el ámbito familiar como fuente de ingresos para sustentar a su familia.
Recalcó que las mujeres, desde hace más de diez años incursionaron en el ámbito de la construcción, y responden a esta labor con mayor responsabilidad que los varones. Por lo cual pide a las autoridades que puedan visibilizar y reconocer este trabajo que es riesgoso principalmente para las mujeres.
Trabajadoras del Hogar
En el afán de superar estas desigualdades, las mujeres trabajadoras asalariadas del hogar, dieron un gran paso al incluir en la legislación boliviana una normativa que vaya en pro de sus derechos laborales y sociales.
En este sentido, la coordinadora del programa Fuentes Laborales Dignas de Mujeres en Acción, Ana Ontiveros, aseguró que el sector de las trabajadoras asalariadas del hogar fue uno de los menos reconocidos y valorados, a pesar de que aportan en gran medida a la sociedad. Pero, con el transcurso del tiempo, éste fue visibilizándose, razón por la cual, hoy en día se cuenta con una normativa especial para este rubro.
“Ha habido un avance significativo en este sector, pero aún es insuficiente, este trabajo aún no es reconocido como se debería. Las mismas trabajadoras necesitan capacitarse y comprender que su trabajo vale mucho y es fundamental. De igual manera esto deben conocerlo quienes las contratan para que respeten sus derechos”, aseveró
Denuncias laborales del
ámbito público y privado
María Luisa Dávila, ex trabajadora del Servicio Departamental de Caminos (Sedeca), fue despedida, haciendo omisión a la inamovilidad que goza gracias a la ley 223, en apoyo a las personas con capacidades diferentes.
Dávila asegura que siente una impotencia al no saber dónde recurrir y no ser escuchada por las autoridades. “Tengo cinco hijos que mantener y tengo tres enfermedades, yo necesito mis medicinas, espero que pueda solucionar este problema y que se cumplan las leyes”, agregó preocupada.
En este sentido, el director del Ministerio de Trabajo, Ramón Vilca dijo que del cien por ciento de denuncias recibidas, el 45 por ciento es de mujeres, quienes solicitan y exigen el apoyo frente a injusticias cometidas. Esto se da en el ámbito público como privado, haciendo caso omiso a las leyes.
“Tenemos bastantes denuncias por mujeres que están protegidas por la ley 223, que tienen algún grado de discapacidad y se vulnera sus derechos. También, dentro del sector público se visualiza de gran manera la vulneración de los derechos establecidos en el decreto 012 que establece la inamovilidad laboral de algunos funcionarios públicos. En estos están inmersos la Gobernación, el municipio y otras entidades estatales”, aclaró.
También se establecen denuncias por acoso laboral, en el que el empleador hostiga a la trabajadora o trabajador para que renuncie a su fuente laboral, por distintas razones. Éstas y otras denuncias se presentan día a día, denotando que a pesar de los estereotipos y obstáculos que enfrenten las mujeres, aún continúan en la lucha por visualizar que su aporte laboral es importante para la sociedad y para el Estado.
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