Una mujer de 60 años fue violada por los amigos de su hijo que son integrantes de una temible pandilla en el Valle Bajo. Los pandilleros abusaron de la mujer delante de su hijo y éste no hizo nada para defenderla. Al contrario, secundó a los agresores cuando éstos argumentaron que “más bien le hicieron un favor” a la víctima. Los delincuentes juveniles atacaron a la mujer en su casa, donde ellos habían ido a consumir bebidas alcohólicas con el hijo de ella. La víctima fue entrevistada en el marco de un estudio efectuado por la ONG española Alianza por la Solidaridad sobre la violencia sexual que padecen las mujeres adultas en el municipio de Quillacollo. Ella está tan avergonzada y atemorizada que prefirió no denunciar el hecho a la Policía. Ella le confió a la entrevistadora que los pandilleros la humillaron cuando quiso resistirse. “Te estamos haciendo un favor, tú no tienes vida sexual a tu edad”.
La coordinadora de Programas de Alianza por la Solidaridad Magaly Chávez dijo que “estamos viviendo en una cultura machista, en un país que ve a la mujer como un objeto y a la cual no se respeta porque se piensa que se puede disponer de su cuerpo”. El caso de la adulta violada por pandilleros es uno de los dramáticos testimonios recogidos por la institución.
Chávez informó que el estudio se basa en encuestas a 397 personas mayores de edad, en los resultados de la realización de grupos focales, en las 25 entrevistas en profundidad y en 15 testimonios de violencia sexual.
LOS RESULTADOS El estudio develó que cuatro de cada 10 mujeres adultas en Quillacollo, fueron víctimas de abusos sexuales. “Muchas de ellas han sufrido abuso desde niñas. Cuando son mayores se piensa que si las forzaron sus parejas, no es violación, lo cual no es real”. Otro dato preocupante es que tres de cada 10 mujeres sufrieron violación. En dos de estos tres casos, los agresores son el esposo o el concubino de la víctima. También son agresores los compañeros de trabajo y familiares.
“Quienes están más expuestas son mujeres que trabajan fuera del hogar, como comerciantes que desde la madrugada salen a trabajar. También son víctimas las mujeres que menos recursos económicos tienen.
Sin denuncias
Los prejuicios de que las adultas consienten el abuso sexual impiden que las víctimas denuncien.
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