Graciela trabaja 35 años vendiendo ojotas en la calle Domingo Paz con una niña en brazos, nos cuenta que es difícil vender y atender a la bebé cada vez más inquieta; pues ya quiere caminar. Sin embargo, para Graciela, su prioridad es su hija.
“No confío en dejarla en una guardería. Tantas cosas que se escuchan ahora, por eso prefiero tenerla aquí conmigo”, dice Graciela. Su esposo trabaja al igual que ella, ya que la situación económica obliga a ello y deben buscar la forma de cuidar y criar a sus hijos.
Las abuelas, siempre madres
En la actualidad las madres de hoy deben sortear una serie de dificultades para poder trabajar y atender a sus hijos. Muchas veces tienen que acudir al auxilio de las abuelas. Martha, quien vende rosquetes en el mercado, con su nieto en los brazos, nos cuenta que su hija es profesora y que su yerno también trabaja por lo que tarde a tarde tiene que hacerse cargo del bebé.
“Pudiendo o sin poder tengo que cuidarlo, qué vamos a hacer” dice, aunque reconoce que su nieto es tranquilo y su cuidado no demanda mucha atención. “Casi todo el tiempo duerme”, asegura sosteniendo al niño que aún no llega al año de edad.
En estos tiempos la crisis económica y los bajos salarios obligan a la generalidad de las parejas a que ambos trabajen y cuando hay hijos de por medio tienen que ver la forma de cuidarlos. Se puede ver en los mercados y en las calles de Tarija cómo las vendedoras normalmente van a trabajar con sus hijos. La realidad es que no tienen dónde dejarlos.
Empero, todo tiene un riesgo, ya que en las calles los niños están expuestos a una serie de peligros y las madres también; pues no faltan ladrones que aprovechan cualquier descuido para robar los artículos que venden.
Las guarderías
Entre las madres que trabajan en oficinas, escuelas, instituciones públicas o empresas privadas la alternativa está en las guarderías; empero su elevado costo hace que acudan a guarderías públicas. Sin embargo, entre las madres consultadas 8 de 10 dijeron que prefieren cuidar a sus hijos personalmente, ya que ahora se escuchan muchas cosas que pasan con los menores en estos lugares.
Hay 6 guarderías privadas
Según un informe presentado por la Defensoría del Pueblo en junio de 2014, existen 357 centros de atención integral que atienden a niños de entre los 0 y 6 años, 98 son administrados directamente por el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) y 260 tienen administración delegada por convenio a contraparte con los municipios de Padcaya, Bermejo, Uriondo, Yunchará, El Puente y Entre Ríos.
Los centros de atención integral cuentan con dos o tres ambientes de domicilios particulares y tienen entre sus recursos humanos, una cocinera y una niñera o dos, dependiendo del número de niños o la cantidad de bebés que el centro acoja. Sus horarios de trabajo son de 7:30 a 17.30. Éstos atienden a un promedio de 15 a 20 niños.
Como una continuación a los centros de atención integral surgieron también los Centros Integrales de Atención Psicopedagógica (CIAP) para menores de entre 7 a 18 años. Éstos también dependen del Sedeges. Existen 15 CIAP en todo el departamento, 10 están Cercado y los municipios de Uriondo, Padcaya, San Lorenzo, Entre Ríos y Palos Blancos tienen un centro integral de atención psicopedagógica para cada uno de ellos.
Hay 853 beneficiarios, 374 mujeres y 479 varones, quienes reciben una beca alimentaria de 6 bolivianos por día y un refrigerio de 3 bolivianos. De igual manera los padres aportan 1.50 bolivianos por día para gastos de mantenimiento, limpieza de los ambientes e higiene de los menores.
La atención se realiza de lunes a viernes en dos turnos, de 8:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00. Cada uno de estos centros atiende a un promedio de 25 a 30 niños y niñas por turno. Añadido a esto cuentan con una educadora y cocinera, dependiendo del número de menores.
Padres al rescate
Cuando nada de lo anterior funciona y la madre no puede cuidar a sus hijos, no puede acudir a la abuelita o no puede acceder a una guardería, los padres se convierten en el apoyo de la pareja. Éste es el caso de Manuel que, con su hijo al lado, vende videos en la calle Domingo Paz. Cuenta que su esposa trabaja en un centro de atención para niños especiales que demandan toda su atención.
Manuel asegura que se deben compartir las responsabilidades del hogar y trabajar para vivir. “Yo vendo videos en las ferias de la ciudad y hay días que lavo la ropa y hago las cosas del hogar, porque el trabajo de mi esposa no le deja tiempo, aparte de su horario de trabajo, tiene que asistir a reuniones”, explica este padre que también cumple los roles de la madre en algunas ocasiones.
Padres, abuelas y suegras “AL RESCATE”
Manuel cuidando de su pequeño
“Mi esposa trabaja con niños especiales, así que en las tardes lo cuido yo. Hay que compartir las responsabilidades del hogar”
Martha con su nieto en brazos
“Mi hija es profesora y trabaja en el colegio Belgrano por las tardes. Mi yerno también trabaja, así que en esas horas cuido a mi nieto”
Elizabeth con su nieta en su puesto de venta
“Yo prefiero sacrificarme a irlos a dejar por ahí (a la guardería), con tantas cosas que pasan ahora no hay confianza en nadie”
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