jueves, 13 de noviembre de 2014

A propósito del acoso callejero

Una mujer caminando por las calles de Nueva York, no parece algo curioso como para hacer que un video se vuelva viral en internet. Salvo que en este caso, las imágenes retratan un acoso reiterado y molesto para la protagonista, durante las 10 horas que duró su paseo.

Las imágenes han reavivado el debate sobre el acoso sexual callejero, ya que 4 días después de haber sido publicado, el video -producido por Hollaback!, que hace campaña contra el acoso callejero- había sido visto más de 26 millones de veces.

Mientras la mujer camina se ven y se oyen las reacciones de numerosos hombres. Algunos le dicen “qué pasa, bonita?”, “Linda”, “Hey, baby”, “que Dios te bendiga, mami”.

Cuando la chica los ignora le insisten con “no quieres hablar?” o la “reprenden” con palabras como “sonríe” o “deberías ser más agradecida”.

M hizo un sondeo a propósito de este tema, y según las participantes del mismo, no existen los “piropos saludables”, es decir, no importa que sea un galanazo el que te silba o dice “mamita”, cuando estamos caminando por la calle, no queremos que nadie invada nuestro espacio y menos que nos agreda y nos haga sentir inseguras con sus torpes “galanteríos”.

“No, no hay piropo saludable, porque el hecho de pensar que me puedes gritar algo en la calle implica que soy parte del paisaje y no es así, soy una persona y no porque ande en la calle significa que soy parte del espacio público”, dice Roxana, una de nuestras consultadas.

“Un piropo puede ser un halago, pero si te lo dice alguien que no conoces, es molesto”, comenta otra de las participantes en el sondeo de M.

¿Reaccionamos?

El tema con los acosos callejeros es que intimidan, incluso si se está en un espacio lleno de gente. Es inevitable sentirse desprotegida y más aún si es un grupo de hombres el que acosa. Preguntamos sobre las reacciones a nuestras sondeadas y la mayoría dice que se queda paralizada o trata de ignorar el asunto y seguir su camino, como la chica del video que circula por las redes sociales.

Lo cierto es que dan ganas de reaccionar, pero cuando se lo hace, muchas veces sale el tiro por la culata.

“Antes reaccionaba insultándolos, pero ya no hago eso porque una vez me respondió muy agresivamente un viejo verde. La verdad da más miedo enfrentarse a estas situaciones, ahora que la gente está muy violenta”, comenta Carola.

Para la mayoría de las mujeres ser acosada en la calle no tiene nada de novedoso, pero sí mucho de molesto.

El paseo de la actriz Shoshana B Roberts, de 24 años, quedó registrado con una cámara secreta y el resumen de dos minutos de duración bajo el título “10 horas caminando por Nueva York como mujer” atrajo más de seis millones de clics en un día.

Según la fundadora y directora ejecutiva de Hollaback!, Emily May, el objetivo de este video es doble: por un lado quiere decirle a las víctimas del acoso callejero que no están solas y por otro quiere demostrarles a quienes nunca han experimentado ese tipo de acoso cuán intimidatorio puede llegar a ser.

El camarógrafo

Rob Bliss, que portaba la cámara secreta que registró todo, dijo que se sintió “realmente sorprendido” ante el vasto número hombres que se dirigieron a Roberts mientras caminaba.

Bliss cree que muchos hombres, como él, simplemente no se dan cuenta de cuán común es este tipo de comportamiento ni del impacto que puede tener.

“Yo no tengo expectativas de cambiar el comportamiento de nadie pero quería que un hombre viera desde una perspectiva neutral, de tercera persona, cómo es la experiencia del acoso callejero”.

El video circuló masivamente por redes sociales y le dio fuerza a un debate de larga historia.

MITOS SOBRE EL ACOSO

“Sólo a las bonitas les pasa”

Es una forma de acoso que sufren todas las mujeres, sin importar si se tienen o no cánones estéticos considerados bellos. No importa si es gorda o flaca, alta o baja, rubia o morena; a todas alguna vez le ha pasado.

“Es una cosa de mujeres jóvenes”

Es transversal a todas las edades. Según las experiencias que nos han llegado, muchos casos implican a mujeres adultas y de la tercera edad.

“Si el hombre es guapo es bien recibido”

Este es uno de los mitos más comunes. Al ser el acoso una transgresión -y un acto no deseado- es irrelevante el aspecto físico de la persona, lo que importa es la vulnerabilidad a la que exponen a la mujer. Además, el aspecto de una persona no influye en el grado de violencia que puede llegar a ejercer.

“Si hay mucha ropa no sufres acoso”

Los relatos recopilados por el Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC), en Chile, demuestran que no importa si estás tapada totalmente: ocurre en verano y en invierno, se use short o abrigo. Es una forma de acoso que no discrimina la vestimenta”.

“Ellas tienen la culpa por provocar”

En el mismo sentido que el anterior, pero al revés: se suele culpar a la víctima cuando sufre algún tipo de agresión, pues estarían provocando a sus acosadores. Las mujeres son libres de poder vestirse como quieran, de actuar coquetamente, de mostrar su cuerpo y no por eso alguien tiene el derecho a decirle o hacerle algo.

“Los casos graves son poco usuales”

Ya ni siquiera es poco común que a una mujer la hayan tocado en la calle o que haya sido víctima de exhibicionismo. Lo preocupante es que sea catalogado como algo normal y sea un acto naturalizado cuando no debería serlo.

“El piropo no es violencia”

Al ser una conducta -por lo general- no deseada, el piropo es una opinión que no se ha pedido y que transgrede el espacio del otro. Esto configura una forma de violencia que ocurre sobre todo en aquellos casos donde se usa una connotación sexual muy fuerte, al borde de casi cometer una violación con palabras.

“Es derecho a libre expresión”

Se suele afirmar que tirar un piropo es derecho a libre expresión, pero en realidad al no ser deseado pasa a violar otro derecho, que es el derecho al libre tránsito. Por lo tanto, defender la libre expresión en estos casos es privilegiar el ‘derecho’ de muchos hombres sobre otro derecho que no se les está resguardando a las mujeres.

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