domingo, 15 de junio de 2014

Nada frena la violencia contra las mujeres en Cochabamba

La muerte violenta de mujeres por su condición de género no tiene fin. Más de tres mujeres son asesinadas cada mes en Cochabamba, por sus cónyuges, exparejas o por temas relacionados con la inseguridad. Hasta mayo se habían reportado 15 casos de feminicidio y tres homicidios. La víctima suele ser torturadas y violada antes de su muerte.

La vida de la familia de Yerika Gonzales Quiroga (33) cambió el 17 de mayo cuando la cantante del mariachi Del Valle desapareció. Sus restos fueron hallados casi un mes después en un barranco camino a Santiváñez. La muerte de la artista, asesinada por Juan Carlos Andia (36), se sumó a las desalentadoras estadísticas que demuestran que las acciones contra la violencia de género son mínimas.

El factor común entre los agresores de las mujeres, según el subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Jhonny Corrales, es la relación pasional, principalmente de celos, “que con agresiones mutuas y desavenencias anteriores, acaba con la vida del otro”.

A ello se suma el odio, aclaró Corrales, expresado en la muerte violenta: con apuñalamiento, estrangulamiento y golpes por los agresores que ocultan el cuerpo de la víctima, para borrar la evidencia, lo que denota una “predisposición maliciosa”.

Según la subdirectora de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), Melvy Quispe, el ser humano se hace violento. Aclaró que la violencia tiene un ciclo: se presenta cuando la pareja se pone tensa, lo que desencadena en violencia, sigue la calma, viene el arrepentimiento y un momento de luna de miel, pero el ciclo se vuelve a repetir hasta que se ponga un alto.

Sin embargo, lo que llama la atención en muchos casos es que no se logra encontrar al agresor, como en la muerte de Patricia Flores (10) en La Paz, que fue asesinada y violada por Odón Mendoza en 1999, que no cuenta con una sentencia ejecutoriada.

Otro hecho estremecedor que sucedió el 2011 es el crimen de Oronkota en Sacaba, en el que la madre y sus tres hijos fueron golpeados por el padre, quien logró matar a su esposa e hijo, mientras dejó agonizando a sus dos hijas que sobrevivieron después de salir de terapia intensiva.

En mayo seis mujeres fueron asesinadas. El 90 por ciento de estos agresores está con detención preventiva. Pero, hay casos sin resolverse, porque el sospechoso está prófugo.



DOBLE DE CASOS

La pasada gestión Cochabamba registró un total de 33 feminicidios y asesinatos por inseguridad ciudadana y otros, ubicándose en el lugar tercer en todo el país, según datos del Observatorio “Manuela” Violencia, Feminicidio y Mujeres en Riesgo del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer (Cidem).

“El número de feminicidios se ha duplicado en comparación al año pasado y anteriores años estando tan sólo a la mitad del año”, afirmó la directora de la Oficina Jurídica de la Mujer, Julieta Montaño, quien expresó su preocupación por la falta de cumplimiento de la Ley 348 por las autoridades. Dijo que los datos que se conocen pertenecen a la zona urbana, por lo que el número podría subir si se investiga en las provincias.



LEY 348

A pesar de la implementación de la Ley 348 que pretendía frenar los feminicidios, la realidad muestra que los casos han incrementado, indicó la subdirectora de la Felcv, Melvy Quispe.

“Deberían cambiar los esquemas de conducta en los varones, pero sucede todo lo contrario, por lo que es importante trabajar en el tema de educación para forjar personas sensibles a la violencia y las consecuencias que esta trae”, aseveró, a tiempo de explicar que con el agresor capturado y remitido a la cárcel y la madre muerta “no se base quién se hace cargo de los hijos”, por lo que estos deben enfrentar un nuevo problema al quedar bajo la responsabilidad de sus parientes o ser trasferidos a centros.



CONDICIONES FELCV

La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia actualmente carece de los recursos necesarios para desempeñar el trabajo de investigación de los feminicidios. “Una infraestructura propia, equipos, mobiliario, vehículos y medios tecnológicos para ir con prontitud cuando piden auxilio las víctimas”, aseveró Quispe.

“Esta infraestructura no reúne las condiciones de privacidad, reserva y la calidad que debería tener para poder entrevistar a una víctima de violencia y acogerla transitoriamente porque cuando salen de su casa se vienen con sus hijos, perritos o gatitos para que puedan pernoctar y buscar un albergue”, dijo. Aclaró que se prevé la construcción de un nuevo espacio.

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