Hubo un tiempo en Tarija en el que a la ciudad llegó mucho visitante del interior del país, sobre todo hombres cruceños que despertaron el interés de las féminas locales.
Ante tal fenómeno, los tarijeños heridos por los celos decidieron tomar cartas en el asunto, así propinaron sendas palizas a todo aquel galante caballero que al abrir la boca pronunciara alguna palabra con acento camba.
Ante tales sucesos se dice que los visitantes cruceños dejaron de visitar la ciudad de Tarija, pues a los chapacos se les acreditaba además una histórica fama de “montoneros”, salvando las diferencias de que en esta ocasión la lucha no tenía fines heroicos de independencia sino más bien los de hacer prevalecer “al gallo en el gallinero”.
Se cuenta también que ante tal ejemplo de poder masculino las nuevas generaciones compitieron demostrando similar cortesía a las delegaciones de bachilleres, particularmente provenientes de La Paz, que hace unas tres décadas o más solían elegir la capital de la sonrisa como destino en el viaje de promoción.
Cara 1. Lo anecdótico
Con frecuencia en Tarija se suelen escuchar este tipo de remembranzas en eventos sociales, donde los señores muy entrados en años comparten anécdotas sobre aquellas épocas en las que ellos mandaban y ellas acataban.
Sucesos como los de propinar tremendas palizas a los galantes galanes del interior del país también son recordados con simpatía por muchas mujeres, ellas admiten que estas visitas causaban furor entre las damas.
“Con un solo sopapo les cubríamos la cara”, detallan los hombres mayores. Patadas, correteadas y la guardia en la puerta de los alojamientos son explicaciones que resumen la tarea de evitar de que “otros” tengan el mínimo acceso a las mujeres tarijeñas.
A las anécdotas se suman comentarios machistas sin que ellos ni ellas se percaten de lo fuerte que resultaban: “Defender a las gallinas en el gallinero era la misión”, se escucha comentar entre risas de aprobación y nostalgia.
Cara 2. La violencia
Sin embargo, el machismo en la ciudad de Tarija no sólo nos trae esa cara llena de anécdotas sino que se ha convertido en un problema estructural, urgente a solucionar.
Al iniciar su gestión el alcalde de la ciudad de Tarija Rodrigo Paz reconoció que la sociedad tarijeña es una de las sociedades más machistas.
Según el burgomaestre esto se refleja en la violencia ejercida contra la mujer, acción que ha arrojado cifras preocupantes en estos últimos años.
En el 2015 la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) atendió 3.200 casos de violencia intrafamiliar en la ciudad de Tarija, siendo la principal víctima, la mujer. Este año la cifra va aumentando en un 80%.
Ésta fue una de las razones para la creación de la Secretaría de la Mujer y la Familia en el Gobierno municipal. “La parte más complicada que tiene este municipio es el machismo”, dijo Paz en ese entonces y agregó que la situación interfiere en todas las ramas, desde el transporte público hasta la institución pública como privada.
De esta manera, resaltó que éste es uno de los puntos principales a atacar dentro del proyecto de revolución ciudadana.
Sobre el tema el psicólogo tarijeño Ricardo Mendoza señala que “vivimos en un entorno machista, donde el sexo o género masculino es el que domina a la sociedad y a la cultura. Hasta en la forma de hablar potencializamos esta dominación patriarcal”, explica.
Pero hay diferentes visiones respecto al problema. Rolando Segovia, miembro del colectivo TLGB (Trans, Lésbico, Gay y Bisexual) de Tarija señala que el machismo también se refleja al considerar que un verdadero hombre debe ser heterosexual, pero sobre todo agresivo y rudo.
Por su parte la activista por los derechos de la mujer, Ana Ontiveros, asegura que los comentarios que indican que existen cosas que la mujer no puede hacer porque se lastimaría potencializan la visión del patriarcado, lo que origina que tanto hombres como mujeres consideren firmemente que el hombre es superior en muchos aspectos.
La voz del machismo
Consultando la opinión ciudadana se emitió la pregunta ¿El tarijeño es o no es machista?, muchos estuvieron de acuerdo al considerar que el tarijeño es machista, salvándose la aclaración de que el atributo no es particular del hombre chapaco sino que se hace extensivo a todas las sociedades del mundo.
“El tarijeño es machista pero no por ser tarijeño sino por ser hombre además se le exige que debe preservar el apellido en los hijos varones, ser el proveedor del hogar pero además si logra ser el dador material de una casa lujosa, auto, viajes, ropa, joyas es exitoso como hombre”, asegura Mariel Campos.
En la opinión de un comunicador tarijeño, “el macho es una persona promiscua capaz de engañar a su esposa y mantener relacione amorosas con otras, ya que tener una o varias amantes le da estatus entre los congéneres”.
El origen del machismo
De acuerdo a los psicólogos entrevistados para este reportaje, el machismo es una vertiente del sexismo o prejuicio sexual, que se expresa por lo regular, de manera inconsciente en la mayoría de las sociedades humanas.
Este sistema de creencias o ideología clasifica por grados de superioridad e inferioridad a los seres humanos según el grado en que actúan. Esta clasificación se hace de acuerdo a las expectativas supuestamente “esenciales”, “naturales” o “biológicas” de lo que representa ser un “verdadero hombre” o una “verdadera mujer”.
También se le llama androcentrismo (el varón como centro), y se manifiesta con una actitud de desprecio y discriminación hacia la mujer. Ideológicamente sostiene que el varón es superior y la mujer debe estar sometida al mundo masculino.
En los grupos sociales que han luchado por la discriminación contra la mujer, el machismo se expresa en actitudes más sutiles, como pagar mejores salarios a los varones por desempeñar funciones similares o iguales a las de las mujeres, o conceder a los hombres los mejores accesos a puestos de responsabilidad gerencial, política o religiosa.
También se observa en mensajes publicitarios que de un modo u otro denigran a la mujer o la relegan a funciones como el hogar y la familia.
Consejos de los psicólogos
Para evitar el machismo en las nuevas generaciones los psicólogos se animaron a dar diez consejos:
1. En la casa
Que un hombre lave los platos no debe ser un motivo de alabanza o alarde, es una tarea que ambos pueden realizar. No existen roles en el hogar para él o ella. Ambos pueden cuidar a los niños y limpiar la casa.
2. En la cama
La sexualidad sigue siendo un espacio en que se pide al hombre ser experto y a la mujer ignorante o agazapada pero con el encargo de “estar siempre dispuesta”. No es cierto, la mujer es también una persona sexual y tiene derecho a vivir su sexualidad con plenitud.
3. En la carretera
Muchos siguen pensando que éste es un terreno sólo de hombres y que las mujeres usurpan el lugar de ellos frente el volante. Esto es falso. Las mujeres son tan capaces como los hombres de manejar vehículos y cualquier tipo de maquinaria. No repita nunca expresiones como: “¿Por qué va tan despacio? “Parece mujer manejando”. O, “No es por nada, pero tenía que ser una mujer”.
4. En la elección profesional
No están establecidas profesiones y oficios exclusivos para mujeres o para hombres. La enfermería no es sólo para mujeres y la medicina e ingeniería sólo para hombres. Elija y deje elegir a las personas su carrera profesional en base a sus gusto y afinidades, no en base a estereotipos y mitos.
5. En el trabajo
Hay que entender que no está mal que una mujer sea su jefa u ocupe un puesto de mando. Las capacidades no están definidas por el género.
6. En la fiesta
Los ambientes nocturnos son otro espacio que popularmente se dice que es de los hombres. En el caso de las mujeres se cuestiona su integridad si deciden salir y divertirse con sus amigas. Salir a divertirse es algo sano y a lo que tenemos derecho todas las personas.
7. Con los grupos
de amigas
No refuerce la idea que una mujer está incompleta sin un hombre. Si una amiga tiene más de 25 años y ha optado por la soltería, no repita frases como: “Ya la dejó el tren”.
8. En las actividades
de esfuerzo físico
Como hombre o mujer no siga reproduciendo frases que son comunes en el deporte, tales como: “Juegue como un hombre”.
9. Con sus hijos
No refuerce estereotipos de vestimenta o afinidades. Si a una hija suya le gusta el azul y jugar al fútbol, no la corrija diciéndole frases como: “a las niñas les debe de gustar el rosado y jugar con barbies” .
10. En su vocabulario
en general
Elimine de su vocabulario diario expresiones que comparan actitudes, gestos, formas de vestir u otros aspectos con formas de actuación estereotipadas para hombres y para mujeres. Estas frases llevan implícitas descalificaciones, sexismo, homofobia y otras formas de discriminación. Por ejemplo: “qué marimacha”, “parece una mujer reclamando”.
El alcohol, una “bomba de tiempo” que agrava el mal
El excesivo consumo de alcohol es uno de los males sociales de mayor incidencia en Tarija, Bolivia y en el mundo, pero por el momento, la ciencia médica no ha respondido a la pregunta de si uno nace o se hace alcohólico. Simplemente se ha definido al alcoholismo como una enfermedad, progresiva y mortal.
Sin embargo, hay una teoría que le atribuye al alcoholismo un origen genético, según la cual, el alcoholismo está ligado a la insuficiencia de dopamina en el cerebro, que regula de alguna manera la estabilidad emocional y por lo tanto predispone a las adicciones.
Empero, más allá de la ciencia, para Andrés, quien vivió en carne propia las consecuencias del consumo excesivo de alcohol, hay circunstancias en la vida de cada ser humano que lo predisponen a una u otra adicción.
“Todos tenemos vacíos y debemos llenarlos con algo. Algunos los llenan con dinero y se dedican a hacer plata, otros con el trabajo y otros con el alcohol”, reflexiona y añade que lo importante es ser consciente de la predisposición a caer en el alcoholismo.
“La forma de diferenciar a un alcohólico no tiene que ver con cuánto y cada cuánto bebe alcohol sino con los efectos del alcohol en el individuo. Si una persona bebe y luego se mete en problemas… se trata de un alcohólico”, afirma.
Empero el mismo Andrés reconoce que el alcohol y el machismo constituyen una verdadera “bomba de tiempo” que explota de manera peligrosa en fiestas.
Según las opiniones de las psicólogas Marynes Salazar y Guery Zabala “el alcohol es un detonante de conductas agresivas y cargadas de violencia que son reprimidas o racionalizadas en condiciones de sobriedad pero que se desatan en un ambiente en el que además socialmente es permitido”, puntualizan.
“Es un detonante pero no un justificativo de la violencia”, añade Zabala.
Según la encuesta que mide la Escala Breve de Bebedor Anormal de Alcohol (Ebbaa), Bolivia ocupa el primer lugar en el consumo problemático de alcohol entre Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay.
Según el test Ebbaa, uno de cada tres consumidores tuvo dos o más problemas asociados al consumo de alcohol y al machismo. El mayor porcentaje (25.8%) tuvo conflictos con su familia. El informe indica también que los varones beben más que las mujeres.
Guery Zabala puntualiza que “el alcohol se va tornando en una excusa del hombre violento, la consabida frase de ‘Estaba borracho, no me acuerdo’ da cuenta del grado de manipulación que el hombre desarrolla para ejercer el control no sólo de su pareja sino de toda su familia”.
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