Esa es la imagen que proyecta Gabriela Zapata, quien salió del anonimato cuando Carlos Valverde dio a conocer que fue novia del presidente Evo Morales y que tuvo un supuesto hijo con él. Este martes se cumplen tres meses desde que el caso se hiciera público.
Aunque seguramente falta mucho por saber de ella, a estas alturas ya se puede decir que miente sobre algunos aspectos de su vida, que le gusta ostentar su dinero, que disfruta de exhibirse en público y que "tiene carácter explosivo”. Este último rasgo fue dado a conocer por su exesposo, Hugo Carvajal Ayaviri.
Zapata es acusada de enriquecimiento ilícito en un caso en el que ninguna autoridad está siendo investigada, excepto una exjefa de unidad y un chofer.
Quienes se cruzaron con ella de una u otra forma, cuentan algunos pasajes que la pintan de cuerpo entero.
Por ejemplo, en una ocasión, acompañada de un exviceministro, ingresó a un edificio en construcción a preguntar por los departamentos. Empezó pidiendo que le mostraran el más grande, cuando la vendedora le dijo que era de 240 metros, respondió que era muy pequeño y que ahí no entraban ni las cosas de su hija, relató a ANF una persona que vio el hecho.
En otra oportunidad, antes de Navidad de 2015, Zapata ingresó a una tienda de exclusivos adornos en el barrio de San Miguel, dijo un testigo de los hechos, donde escogió varias cosas sin preguntar el precio y ordenó a su asistente que pagara con tarjeta de crédito.
Luego, le pareció bonito un trineo que vio colgado en la tienda, pero como no estaba en venta, le pidió a la dueña que le pusiera un precio. La dueña le contó que quien había colocado el trineo era su esposo. "Entonces que su esposo venga a mi casa a colocarlo”, demandó. "Mi esposo no puede hacerlo porque es un político de las altas esferas”, agregó.
La peluquera que la atendía cuenta que Zapata no ocultaba que tenía una relación con Evo Morales.
Y, cuentan también que poco antes de que estallara el escándalo, hizo feliz a un vendedor de vehículos porque pagó al contado por uno de más de 100 mil dólares. Mientras estaba al volante, no era, precisamente, un ejemplo de buena conductora. Según registros municipales, sólo el 2014 cometió al menos 14 infracciones de tránsito, acumulando una deuda de más de 600 bolivianos por ese concepto.
Hasta antes de su detención era conocida como abogada y exitosa empresaria. Ahora quedó claro que no logró superar los primeros semestres de la carrera de Derecho en la Universidad San Simón de Cochabamba. Incluso, a su propio esposo, Hugo Carvajal Ayaviri, le dijo que era abogada y politóloga.
Antes de que saltara el escándalo, Zapata aparecía en ciertas revistas de sociales vistiendo elegantes trajes de noche y era retratada como una ejecutiva de primer nivel.
Estando ya presa y sin explicarse adecuadamente las razones, que algunos atribuyen a que deseaba mandar el mensaje de que podrían existir otras fotos comprometedoras para las autoridades, hizo que su familia difundiera un paquete de fotos íntimas.
La casa en la que vivía es una lujosa mansión que perteneció al exministro del general Hugo Banzer Suárez, Guillermo Fortún. Está valuada en un millón de dólares, según la declaración que Jimena Fortún, la heredera, hizo ante las autoridades. Zapata vivía ahí gracias a un pago que hizo de 260 mil dólares, supuestamente por un anticrético (la Fiscalía asegura que se trató de un acuerdo de compra de la vivienda).
Zapata se desplazaba en lujosos vehículos último modelo y frecuentaba los restaurantes y cafés más exclusivos de la ciudad. Viajaba con frecuencia a Santa Cruz, donde también se hacía sofisticados tratamientos de belleza.
Pero la vida de esta cochabambina, hermana de Paola Zapata, quien fue diputada opositora en la gestión 2010-2015, no siempre fue de excesos. Según la declaración del exesposo, Zapata y él habitaron de 2009 como convivientes en un pequeño departamento en alquiler, por el que él pagaba 100 dólares mensuales.
Luego, en 2010, los padres de ambos les compraron un departamento de 45 mil dólares en la zona de Cota Cota. Ese mismo año nació su hija. Se casaron en marzo de 2011 y se separaron en diciembre de 2012.
Por el relato de Carvajal a la Fiscalía se desprende que ella era agresiva. "Como yo no trabajaba me insultaba diciéndome que era un mantenido y flojo”, cuenta Carvajal.
Dice que cada vez que le preguntaba sobre sus actividades "debido al carácter explosivo” de Zapata, recibía de ella insultos y amenazas.
También relata que cada vez que le pedía ver a su hija recibía "maltrato” de su parte.
Otros aspectos de su vida continúan en la oscuridad. Nadie sabe dónde está el hijo que dice que tuvo con el presidente Morales; el menor nunca la visitó en la cárcel como lo hace la niña, ningún testigo afirma que haya vivido con su hijo, no está inscrito en ningún colegio y tampoco se lo vio el día que ella, Morales y el niño fueron citados a hacerse una prueba de ADN. Según los registros, el sábado pasado el niño debió cumplir nueve años.
Sin embargo, sí existen evidencias de su existencia cuando era un bebé y el abogado Eduardo León dice haberlo visto cuando fue presentado a un juzgado. Una familiar le entregó a ANF una serie de fotos en las que ella aparece cargando a un menor que según la fuente es el hijo de Morales.
También se conoce que tiene un tercer hijo, del que tampoco quiere hablar y del que no existen más señas.
Zapata fue miembro de las juventudes del MAS, luego se hizo novia de Morales, con quien estuvo, aparentemente, entre 2005 y 2007. Posteriormente, se casó con Hugo Carvajal Ayaviri, hijo del exsenador Hugo Carvajal (MIR).
El 2013, a los 26 años, fue nombrada gerente de la empresa china CAMC, empresa que se adjudicó contratos del Estado por 344 millones de dólares mientras ella se desempeñó en el cargo (y 560 millones de dólares en total).
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