De la primera mujer que votara en Nueva Zelanda en 1893 a nuestros días donde las mujeres han logrado ocupar cargos realmente importantes en la política (y en casi todas las demás áreas), mucha agua ha corrido bajo el puente.
No ha sido un camino fácil, y no lo es aún. Falta mucho para que las mujeres tengan un trato igualitario (ganen lo mismo, no sean discriminadas por ser mujeres, no sufran maltrato, tengan el mismo acceso a la educación que los varones, puedan decidir sobre sus cuerpos, etc.), sin embargo los avances son indudables. Y las mujeres que protagonizan esta nota, son una prueba de ello.
Aunque algunas están acusadas de corrupción y otras han tenido que luchar (y lo siguen haciendo) con oscuros errores del pasado, además de la que debe cargar con una herencia difícil, todas ellas han apartado las dificultades y se han convertido en lideresas que demuestran que la política también tiene rostro de mujer.
CHILE Y BACHELET, UN “IDILIO” COMPLICADO
La médica Michelle Bachelet inició en 2014 su segunda etapa como Presidenta de Chile, cargo que ya desempeñó entre 2006 y 2010. Actualmente, la dirigente socialista atraviesa una de sus mayores crisis políticas por el llamado 'caso Caval', una supuesta trama de negocios inmobiliarios que afecta a su hijo y su nuera.
De todas formas es claro que la igualdad entre mujeres y hombres es una de las prioridades en su agenda política. Bachelet, quien nació el 29 de septiembre de 1951 en Santiago y en 1970 ingresó en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, comenzó a militar en la Juventud Socialista desde muy joven. Su padre sufrió la tortura de la dictadura de Pinochet, y ella y su madre debieron exiliarse.
En los 90, Bachelet comenzó a trabajar en áreas políticas relacionadas con la salud pública y en 2000 fue nombrada Ministra de Salud. Dos años más tarde se convirtió en la primera mujer Ministra de Defensa en América Latina.
En marzo de 2006 fue elegida Presidenta chilena con un amplio respaldo de votos, cargo que ostentaba por primera vez una mujer en la historia de ese país. Cuando finalizó su mandato, decidió trabajar en temas de igualdad y salud en organizaciones internacionales como la OIT, la OMS y ONU Mujeres, convirtiéndose en la primera directora de este organismo hasta marzo de 2013, cuando decide retomar la carrera electoral chilena. Esta médico cirujana, pediatra y epidemióloga de la Universidad de Chile, de 54 años, domina seis idiomas, se casó dos veces, está separada y es madre de tres hijos y se convirtió en la primera mujer reelegida presidenta de Chile.
BRASIL Y ROUSSEFF, EN LA MIRA
Política y mujeres al Poder
Dilma Rousseff
Agencias
Dilma Rousseff (1947) gobierna desde 2010 Brasil, el principal país de América Latina, tanto en extensión (8,5 millones de kilómetros cuadrados) como en número de habitantes. Brasil es además la séptima económica mundial (según el FMI) y ella es una de las mujeres más poderosas del mundo. Fue reelegida presidenta en 2014.
En 1964, siendo estudiante secundaria, comenzó a militar políticamente en la Organización Revolucionaria Marxista Política Obrera (POLOP) Política Operária. Detenida en 1970, un tribunal militar la torturó y luego condenó, permaneciendo presa durante tres años.
Rousseff estudió Economía, recibiendo la licenciatura en la Universidad Federal de Río Grande del Sur en 1977. Se casó dos veces y tiene una hija.
Se afilió al Partido de los Trabajadores, dentro del cual proyectó su quehacer a la política estatal: primero como coordinadora del equipo de Infraestructuras del gobierno de transición entre los mandatos de Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva; más tarde, durante los mandatos del segundo, como ministra de Energía y Minas (2003-2005) y Jefe de la Casa Civil (2005-2010), cargo equivalente a la jefatura del gabinete ministerial.
La primera legislatura de Rousseff la definió como una lideresa de perfil económico a la que le agrada alcanzar acuerdos escuchando a las diferentes partes y promoviendo la participación. Al mismo tiempo, se definió como pragmática y firme en sus creencias ideológicas de izquierda. Actualmente, su continuidad frente al país está en entredicho ya que es acusada de maniobras fiscales irregulares en 2015 y varios miembros de su Gobierno, como el ministro de Economía, le han dado la espalda.
ARGENTINA Y CRISTINA, PRIMERO LA POLÍTICA
Política y mujeres al Poder
Cristina Fernández de Kirchner
Agencias
Nació en 1953 en Tolosa, provincia de Buenos Aires. Ingresó en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) donde realizó sus estudios de abogacía. Allí se relaciona con Néstor Carlos Kirchner Ostoic. Con quien contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. Finaliza sus estudios de Derecho en 1979, aunque se cuestionó que no llegó a terminar la carrera y que no recibió el título de abogada. En 1995 da el salto al Senado Nacional, en 1997 ingresa a la Cámara de Diputados y en 2001 es otra vez electa senadora. Al asumir su marido la Presidencia de la República en 2003 es además primera dama, lo que pasa a darle una trascendencia especial a su participación política. En 2007 lanzó oficialmente su candidatura presidencial. Cristina resultó electa presidenta por el Partido Frente para la Victoria en las elecciones presidenciales de ese año, convirtiéndose en la segunda mujer en acceder al cargo, pero siendo la primera electa directamente por el pueblo. La presidenta argentina logró en 2011 la reelección con más del 50% de los votos y de una manera contundente. Mauricio Macri se convirtió en presidente electo de la Argentina sucediendo a Cristina Fernández de Kirchner desde el 10 de diciembre pasado. Actualmente ella se enfrenta a varias acusaciones de corrupción.
PERÚ Y KEIKO, UN APELLIDO PESADO
Política y mujeres al Poder
Keiko Fujimori
Agencias
Keiko Sofía Fujimori Higuchi (Lima, 25 de mayo de 1975) es hija del ex-presidente Alberto Fujimori y de la ex Congresista Susana Higuchi. Está casada y tiene dos hijas.
Asistió al Colegio Sagrados Corazones Recoleta junto a sus hermanos Sachi, Hiro y Kenji, y terminó su educación secundaria en 1992. Al año siguiente, viajó a Nueva York y obtuvo un título en Administración de Negocios en la Universidad de Boston. La financiación de dichos estudios no ha estado exenta de polémica, pues un peritaje concluyó que dichos estudios fueron financiados por dinero no declarado del Estado.
En agosto de 1994, tras el divorcio de sus padres se convirtió en Primera Dama de la Nación con tan sólo 19 años de edad, convirtiéndose en la Primera Dama más joven en la historia de América.
Trabajó como Primera Dama desde abril de 1994 a noviembre de 2000. Luego de conseguir un crédito estudiantil, estudió una maestría en negocios en la Universidad de Columbia, luego trabajó en Estados Unidos en el sector privado, para regresar al Perú en 2005.
Tras la destitución de su padre como Presidente de la República, Keiko Fujimori se quedó en el país con una alta popularidad a nivel nacional. Durante los siguientes cinco años se le iniciaron varias investigaciones en el Congreso de la República y en la Fiscalía, pero no se le comprobó ningún delito. Durante esos años Keiko Fujimori decidió no seguir en política y emprendió algunos negocios.
Asume el liderazgo del grupo fujimorista (con excepción de Cambio 90) y en abril del 2006 es elegida Congresista de la República en las elecciones generales del Perú de 2006, obteniendo la votación más alta en la historia del Perú.
El domingo 10 de abril de 2016, los peruanos acudieron a las urnas para dilucidar la presidencia del país a partir del 28 de julio. Keiko, dominó las elecciones frente a Pedro Pablo Kuczynski, del centroderecha "PPK", y a la izquierdista Verónika Mendoza, aunque no obtuvo la mayoría de votos por lo que tendrá que concurrir a una segunda vuelta el próximo 5 de junio.
EE.UU Y HILLARY, UNA DURA CARRERA
Política y mujeres al Poder
Hillary Clinton
Agencias
Nació en 1947 en Chicago, Illinois. Cursó estudios de Derecho en Yale, donde conoció a William Jefferson Blythe IV, más conocido como Bill Clinton. Trabajó en la Children's Defense Fund como abogada del personal. Tras su graduación en 1973, dirigió el consejo de administración de la fundación. Se casó con Clinton en 1975 y con él tuvo a su única hija, Chelsea Victoria. En 1977 crea un despacho de abogados donde ejerce hasta 1992.
Después de jurar en su cargo, el presidente Clinton la convirtió en la Primera Dama de los Estados Unidos de 1993 a 2001. Además la eligió para dirigir una comisión especial sobre la reforma de la sanidad. Hillary Clinton vivió momentos muy difíciles luego de que se hiciera pública la infidelidad de su marido con una de las pasantes de la Casa Blanca.
En enero del 2007 anunció sus intenciones para convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos y durante todo el año fue clasificada como favorita en las encuestas nacionales para la candidatura presidencial Demócrata. No alcanzó lograr la aspiración presidencial, al ser derrotada en las primarias electorales por Obama.
El 1 de diciembre de 2008 fue nombrada 67ª Secretaria de Estado. Estableció récords como secretaria con el mayor número de viajes durante el tiempo que ostentó el cargo. El 12 de abril de 2015, Clinton anunció formalmente su candidatura a la presidencia en la elección 2016. (Con datos de Wikipedia, El Observador, BBC).
DE MARGARET A HILLARY, ADIÓS AL “CLUB DE TOBY”
Hernán Terrazas E.*
Recuerdo que hace algunos años, cuando vi la película “La Dama de Hierro”, inspirada en la vida de la ex premier inglesa, Margaret Thatcher y protagonizada por la inigualable Meryl Streep, me enteré que la polémica dirigente británica fue la primera mujer y creo que hasta ahora la única en liderar uno de los dos principales partidos de Gran Bretaña, el Conservador, luego de una meteórica carrera política en la que no pocas veces tuvo que enfrentar la discriminación de quienes creían que ese era un “Club de Toby”, reservado para los hombres.
La referencia a la Dama de Hierro viene a cuento porque vivimos tiempos en los que son varias las mujeres que mantienen una fuerte presencia política en el mundo, ya sea en el ejercicio del poder, como líderes de oposición, o como aspirantes a él. Atrás quedaron los tiempos – en buena parte del planeta - en los que la mujer debía pelear por un espacio, un mayor porcentaje en una lista o cosas por el estilo… Hoy disputa el voto de la gente, lo cual constituye un avance enorme y, por fortuna, irreversible. Los ejemplos abundan, tanto entre las que estuvieron y dejaron el poder – unas con mejor suerte que otras – y las que aspiran a él. Los nombres: Cristina Kirschner, que ya se fue, Dilma Rouseff, que podría irse antes de tiempo, Keiko Fujimori, que lleva las de ganar en la segunda vuelta en Perú, Hillary Clinton, la ex Primera Dama estadounidense que disputa la candidatura demócrata con el socialista Bernie Sanders, la actual presidenta chilena, Michelle Bachelet, que emerge con dificultad de un escándalo y Angela Merkel, lideresa que domina el escenario político alemán desde hace varios años, entre otras.
Pero el mundo de la política femenina comparte problemas similares, porque a fin de cuentas la política no tiene género, pero sí las mismas reglas. No en vano en el sube y baja internacional, hay algunas lideresas que se acercan a la cima y otras que aparecen de caída y no necesariamente porque se aproxime el fin de sus mandatos. Las mujeres, como los hombres, viven el poder de maneras parecidas, tanto en el buen sentido de las gestiones exitosas y eficientes, como en el de las agendas contaminadas por la corrupción y otros males.
El caso de la presidenta Dilma Rouseff quizá sea uno de los más emblemáticos. Sin gobernabilidad en el Congreso y con fuerte cuestionamiento público, la ex luchadora social que sufrió persecución y represión en otras épocas por su lucha a favor de los pobres, hoy aparece envuelta en un escándalo que la tiene caminando por la cornisa.
Roussef como su colega chilena Bachelet, ocupan los últimos lugares entre los Jefes de Estado en el ranking de popularidad de la región, muy cerca del venezolano Nicolás Maduro. Con números que están por debajo del 20% de aprobación, sus gestiones no han resistido un tenaz escrutinio público sobre sus actos y relaciones.
Y el turno llega ahora para la peruana Keiko Fujimori. Ganadora de los recientes comicios, deberá ir a una segunda vuelta con el ex ministro de Economía, Pedro Pablo Kuszinsky. Hija del polémico ex presidente, Alberto Fujimori, quien purga una condena por crimenes de lesa humanidad y delitos de corrupción, Keiko ha conseguido mantener viva la llama de eso que algunos llaman fujimorismo, una corriente que puede ser vista de dos maneras: como el período de mayor corrupción y autoritarismo en la historia reciente del Perú, o como un factor determinante de cambio que permitió a los peruanos derrotar el flagelo del terrorismo.
Hoy, con el escenario cambiado – el autoritarismo no tiene cabida y el miedo ha sido desterrado – no es muy claro cuál será el modelo de gestión por el que opte la hija del reo más famoso del Perú, si logra superar el último escollo del ballotage. En todo caso, su desafío principal es demostrar que es más Keiko que Fujimori, una diferenciación extremadamente difícil.
Hacia el norte, todas las miradas se dirigen hacia la senadora Hillary Clinton, ex Primera Dama, pero sobre todo ex Secretaria de Estado de la potencia número 1 del planeta. El camino de Clinton hacia la Casa Blanca es menos sencillo de lo que se suponía, porque las elecciones primarias del partido Demócrata han estado marcadas por la aparición de Bernie Sanders, un socialista adversario del establishment de Washington, que ha conseguido movilizar como nunca antes el voto joven, el de los millenials, que en procesos electorales anteriores habían mostrado apatía política.
Aunque Clinton tiene un mayor número de delegados y todo apunta a que puede conseguir el suficiente para ser nominada, una eventual gestión de la que podría ser la primera mujer en ocupar la presidencia de los Estados Unidos, tendrá como desafíos el administrar el legado sin duda valioso del Presidente Barack Obama y lidiar con una población de dos caras: la del conservadurismo exacerbado por la presencia y discurso del candidato Donald Trump y la del socialismo democrático que tiene como protagonistas centrales a los más jóvenes y a quienes consideran que el estilo Washington de hacer política no va más. Un equilibrio indudablemente difícil.
En 1950, hace más de medio siglo, Margaret Roberts, incursionaba por primera vez en la política inglesa y un año después contraía matrimonio con Denis Thatcher. Eran otros tiempos, cuando todavía no se había forjado el largo dominio de la Dama de Hierro en el emblemático No 11 de Downing Street, la residencia oficial del Primer Ministro Británico y cuando pensar en la posible presencia de una mujer en la Casa Blanca, resultaba por lo menos lejano. El mundo es otro y ya le dijo adiós al “Club de Toby.”
*Hernán Terrazas es periodista.
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