miércoles, 23 de diciembre de 2015

Pareja del asambleísta: “La sangre salía y me desesperé”

"Yo fui al Hospital de Clínicas porque la sangre salía y me desesperé”. Es Vivian, la pareja del expresidente de la Asamblea Legislativa de La Paz, Marín Sandoval, quien, pese a los esfuerzos por hacer creer que nada pasó y que "es un pequeño tajito en mi ceja y nada más”, termina revelando la verdad.

Litzi Vivian Rasguido y Marín Sandoval acudieron juntos la mañana de este martes a una entrevista con la radio ERBOL, donde trataron de mostrar que el caso de violencia fue en realidad una artimaña política armada por sus detractores. "Me siento indignado”, "me indigna”, "es indignante”, son los términos que Sandoval repitió para expresar sus sentimientos tras el revuelo público de su caso.

Las mismas palabras expresó Vivian sobre la fotografía que circula por las redes sociales en la que se la observa con el rostro cubierto de sangre, hinchado y con una herida en la ceja. Pese a su indignación tiene que admitir que la foto es real, pero que ella no autorizó a nadie para que la publicara.

La semana pasada relatan que fueron convocados a una cita social con amigas de la Asamblea, donde ambos trabajan. Vivian dice que ese hecho ya es extraño porque ella, que es mujer de su casa, nunca sale y mucho menos bebe. Sandoval no estaba invitado, pero por insistencia de una de las personas él llegó hasta el lugar. Luego se produjo el hecho de violencia.

"He recibido el golpe de repente, he caído al piso, y realmente estaba en estado de ebriedad, lo acepto, he levantado la denuncia en la Policía, pero fue tal vez un momento de rabia”, relata Vivian y asegura que nunca antes Sandoval la había golpeado, contradiciendo la versión de su madre.

Dice que su pareja, Sandoval, estaba "como perdido” y que nunca antes lo había visto así. Incluso, no descarta que alguien les haya puesto alguna sustancia en el trago. Sandoval evita referirse a ese momento y espera que sean las instancias legales las que esclarezcan el hecho.

"Desde que acepté este encuentro hay circunstancias bien extrañas. Detrás de todo esto hay un trabajo sucio, un trabajo cochino”, dice Sandoval y da por cerrado el caso sin admitir que la haya golpeado, aunque dice que entre las parejas "no todo es color de rosas”.

Vivian fue al Hospital de Clínicas para hacerse atender porque al ver la sangre correr por su rostro se desesperó. Una vez allá, dijo que es falso que los policías enviados por Sandoval la hayan sacado para ocultar el caso, como denunció el asambleísta Gustavo Torrico. "No tengo casi nada en el rostro, mi esposo tampoco ha mandado policía para que me saquen, ni siquiera me limpiaron, es un pequeño tajito en mi ceja y nada más”, dice Vivian, mientras el periodista le hace notar que tiene el ojo morado.

Sin embargo, Vivian insiste que está bien y relata que una secretaria de la Asamblea la visitó en su cuarto y que más tarde llevó a Torrico, a quien acusa de allanar su domicilio sin pedirle permiso. En ese contexto, Sandoval acusa a Torrico y a la ahora presidenta de la Asamblea, Elizabeth Morales, de estar detrás del caso. Aseguró que por la cercanía del referendo buscan perjudicarlo.

Redes sociales

Críticas Las redes sociales se llenaron de memes con la fotografía de la víctima cuando fue agredida y al lado un ataúd. Criticaron la actitud de la mujer, a quien catalogaron como "ingenua”, alguien que sufre del síndrome de Estocolmo o como víctima de violencia psicológica que aún sigue siendo manipulada por Sandoval.

Noemí Paz exige justicia y pide ayuda psicológica

"Estoy algo aliviada, pero sé que esto apenas comienza”, dijo Noemí Paz, madre de la víctima, a poco de escuchar la decisión de la ALDLP de destituir a Marín Sandoval del cargo de presidente de ese órgano legislativo, así como separarlo de sus funciones sin goce de haberes. Por más de tres horas esperó paciente las deliberaciones del pleno de la Asamblea.

Paz es madre de cuatro hijas mujeres y un varón, también cuida de su nieta, hija de Litzi. "Me llamó llorando y me pidió ayuda, por eso estoy aquí y no me iré hasta que se haga justicia”, aseguró.

Su familia es de Beni pero vive en Ixiamas, un municipio de la provincia Abel Iturralde del departamento de La Paz. Es un pueblo pequeño, no brinda oportunidades para las jóvenes, sostiene Noemí, por eso "Litzi, que es la mayor de mis hijas, se vino a La Paz a continuar sus estudios y a buscar un trabajo de medio tiempo”. Hasta el pasado jueves desconocía de la relación sentimental de su hija.

"Lo único que nos decía es que estaba trabajando bien y que por el momento había postergado sus planes de estudio”. Compartió su preocupación por el estado psicológico de su hija, "necesita ayuda”, afirma y trata de encontrar una explicación del porqué apareció apoyando a su agresor y anunciando que desistirá de una demanda.

"Él intentó convencerme”, dice al referirse a un encuentro sostenido el domingo con Marín Sandoval y cuando el agresor pretendió convencerlas de volver a Ixiamas, "con todos los gastos pagados y en la movilidad de la Asamblea Legislativa de La Paz”. Paz no cedió a las presiones, pero ahora está convencida de que su hija es víctima de violencia psicológica.


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