Cuando se habla de género muchas personas creen, erróneamente, que es un "asunto de mujeres” cuando en realidad nos concierne a todos. CESTAC- masculinidades, cuerpo y territorio es una de las instituciones que busca que los hombres formen parte activa de la lucha contra el machismo y a favor de la equidad de género. Su objetivo es educar a los hombres para que entiendan que el patriarcado afecta a todos los involucrados.
"Nosotros estamos planteando educar a los hombres para que sepan que el machismo no sólo daña a la mujer, sino que también les afecta a ellos y afecta a toda la sociedad en su conjunto. Los hombres también somos encajados en un molde impuesto por la sociedad que limita nuestra propia personalidad y estilo de vida”, explicó el director de CESTAC, Jimy Tellería.
La violencia para el hombre debe ser, dentro de nuestra sociedad, el pan de cada día. Un niño aprende a corta edad a pelear y a reforzar su hombría mediante la violencia. "La violencia no sólo se ejerce contra mujeres sino también contra los mismos hombres. En una sociedad machista como la que vivimos, el hombre debe pelear para ganar valor como tal. El que rechaza una pelea recibe burlas y duda de su hombría. ¿Qué resultados esperamos de nuestros hijos si los formamos así?”, cuestiona Tellería.
La naturalización de esta violencia como algo positivo, e incluso exigido, por parte del hombre crea problemas en los mismos varones. "Si uno no peleaba te decían meón. Incluso, uno queda mal ante su grupo por ser cobarde. Yo recibí una formación que me enseñó que eso no me hace hombre. He vivido molestias pero también aprendí a no escuchar las burlas y a enfrentar eso”, contó el universitario Antonio Villarpando.
Desde niños, los varones aprendemos que, como tales, no lloramos ante el dolor. Esta crianza, según Tellería, afecta a la relación sentimental de los padres en la familia. "Se deja de lado lo sentimental porque eso es para mujeres. Creando seres distantes que no reciben ni dan afecto a los demás”, explicó.
En trabajos realizados por la CESTAC, la mayor parte de los hombres consultados aseguraron que en lo que sus padres estaban ausentes, que no entregaron cariño y que no mostraron apego. Cuando se les preguntó su actitud actual como padres, la respuesta fue similar: papás ausentes y alejados de la familia.
Cambiar una mentalidad es, para los trabajadores de CESTAC, algo difícil pero no imposible. Es así que esta institución prepara una campaña "Sólo para machos” que busca generar cambio en la sociedad boliviana. "Es tiempo de que los hombres también formemos parte de esta lucha. Es tarea de todos el crear una sociedad más justa y equitativa para todos; tanto hombres como mujeres”, agregaTellería.
Para cambiar el mundo se necesitan hombres y mujeres
El ser feminista no es una característica única del sexo femenino. Hoy en día, más organizaciones se suman a buscar el apoyo masculino para luchar contra el machismo que dominan en la sociedad.
"El cambio de mentalidad no puede estar enfocado únicamente a las mujeres. Los hombres también deben conocer que el machismo les afecta y actuar para crear una sociedad más justa”, afirmó Sandra Aliaga, activista en la lucha por equidad de género.
El estereotipo del "ser mujer” o "ser hombre” destruye la libertad y ocasiona problemas a toda la población. "Los mandatos de género nos afectan a lo que somos. Si alguien decide no aceptar estos moldes se debe enfrentar al rechazo, la exclusión y la burla. Eso ya es un daño a nuestra propia identidad”, aseguró Aliaga.
Cambiar esta mentalidad conlleva mucha pelea con lo establecido. La educación en el hogar es uno de los primeros pasos para el cambio de mentalidad en la sociedad, según la institución CESTAC.
"Para lograr este objetivo se necesita creer que es posible tener una sociedad más justa. Cuando uno comprende que es labor de todos el eliminar el machismo en el país, podemos decirnos realmente feministas”, aseveró Aliaga.
Visión masculina
Carlos Mercado
estudiante universitario
Aprendí a evitar las burlas
Yo fui criado por mujeres divorciadas. Nunca recibí el concepto de "ser macho”. Desde niño aprendí que llorar no es malo y que ayudar en la casa no me hace más ni menos hombre ni afecta mi hombría.
En el colegio uno se choca contra estos estereotipos marcados. Cuando uno no pelea ya no es considerado hombre, más aún en un colegio sólo para chicos. Yo aprendí a evitar esas burlas al ignorarlas.
En mi hogar, mi papá cocinaba y eso nunca nos afectó. Con el tiempo llegué a sentir indignación por ese "ser macho” que denigra a todos los demás.
Rodolfo Huallpa periodista espc. en género
El machismo es a veces camuflado
El machismo tiene diferentes formas de manifestación. Hay algunas que son imperceptibles e inconscientes. El machismo es a veces camuflado en actitudes que parecen normales o cotidianas.
Los roles que te impone la sociedad, que al principio parecen normales, nos afectan. A mi, por ejemplo, me afectaba mucho el que como hombre debía ser el proveedor del hogar y que la mujer debía estar en casa. Desde casa recibimos eso y con el tiempo uno nota que es machismo que está metido en nuestra formación familiar. Cambiar eso es difícil.
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