Uno de los casos más graves es el de M.L., de 29 años de edad, que fue golpeado con un palo de escoba en la espalda. Sin embargo, los escobazos que le dio su mujer no solo le afectaron a él, sino también a su bebé de ocho meses, con quién llegó hasta la FELCC.
Cargando a su hijo y dándole de beber su biberón, M.L. relató que, tras vender algunas revistas en los vehículos de servicio público, él y su bebé llegaron a su pequeño cuarto, que alquiló por la zona del aeropuerto, y cuando ambos se disponían a descansar, llegó su mujer y le empezó a celar.
“Yo he levantado a mi hijito y me he salido del cuarto para no discutir. Pero cuando estaba sentado afuera le he visto venir a mi esposa con un palo de escoba y ya no he podido esquivar el golpe”, contó.
Tanto M.L como su bebé tienen moretones, el primero en el cuello y el segundo en la frente.
Otro caso registrado es el de W.C., de 35 años de edad, quién llegó hasta la FELCC con las manos hinchadas de tantos golpes que su esposa le dio con una barra de fierro. Su mujer, después de abandonar por varios días la casa donde ambos viven, volvió para golpear a W.C. por salir con otra mujer, lo que es falso, según la víctima.
W.C. dice que esta no es la primera vez que su esposa le pega, por eso tomó la decisión de venir desde Colomi para denunciarla en la FELCC de la laguna Alalay.
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