martes, 2 de mayo de 2017

Luz Mary Zelaya, la microempresaria paceña que eliminó los perjuicios

Cuando Luz Mary Zelaya inició su microempresa Acerlife, que elabora batidos en base a productos naturales y nutricionales, trató de abrirse las puertas a todos los mercados posibles para la comercialización.

Hace 12 años, el emprendimiento familiar, junto a su esposo y hermanos, es dirigido por ella quién se encarga de producir, entregar y comercializar su producto.

La inversión en su negocio no fue millonaria. Bastaron unos cinco mil bolivianos para la compra de lo esencial y así impulsó su empresa que cada año aumenta más su producción y capta clientes fieles.

Pero el recorrido para Luz Mary no ha sido fácil, ella se propuso ser exitosa y lo logró.

Desde los primeros días que decidió buscar ayuda en la Cámara de la Pequeña Industria y Artesanía, (Cadepia) sintió una reticencia por parte de los miembros.

Fue una de las principales impulsoras para que en ese entonces Cadepia consiguiera seis espacios en un pabellón de la Feicobol.

“Vi que en la propaganda decían pequeña industria y fuí a pedir un espacio, pero me lo negaron. Fue a raíz de esa publicidad que solicité que nos den un lugar para exponer nuestros productos y recibimos una respuesta positiva”.

Uno de los primeros cargos que ocupó dentro de Cadepia es justamente el de la secretaría de la Mujer que luchaba por la igualdad de género dentro del ente.

Asegura que el cargo no le gustaba porque sentía que hombres y mujeres se debían complementar para llevar adelante su emprendimiento y que no era una cuestión de género.

Sin embargo, luego observó que muchas de las pequeñas empresarias mujeres que son las que trabajan y dan la cara por sus negocios, se escondían tras el registro de la empresa a nombre de sus parejas, situación que cuestionó y hoy trata de cambiar.

Con actitud y sin miedo a lo que le puedan decir, Luz Mary se fue abriendo puertas poco a poco en el ámbito del pequeño comercio.

También es promotora de que los espacios públicos, como plazas, se hayan convertido en escenarios para las ferias de Cadepia.

Cuando ella llegó a este ente las instancias de promoción de los productos eran muy pocos y no lograban satisfacer la expectativa de ventas.

Entonces Luz Mary encabezó una huelga de hambre en el Concejo Municipal para que los espacios públicos sean abiertos para la venta de sus productos.

“No teníamos dónde vender nuestros productos. Así que había que buscar nuevos mercados”.

Hoy en día, Luz Mary viaja a todas las ferias y comercializa su producto a nivel nacional.

Abre cada posibilidad de negocio que se le pueda presentar.

DISCRIMINACIÓN

Recuerda que cuando se inició como pequeña empresaria fue discriminada por algunos hombres de su sector que no querían que asumiera cargos directivos.

Asegura que a pesar de ello no se dio por vencida y luchó por la mejora de su sector.

Actualmente Luz Mary es una mujer reconocida en el ámbito empresarial.

Ocupa por segunda vez la presidencia de Cadepia, institución que dirigirá hasta el año 2018.

También es segunda vicepresidenta de la Fundación Feicobol ocupó también otros cargos en la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC).

CON SU FAMILIA

La doble labor de empresaria y mujer que ha desarrollado Luz Mary es reconocida por sus dos hijos y nietos.

“Mi esposo me tiene mucha paciencia. Agradezco eso y el apoyo que me da para que pueda realizarme”.

Señala que el tiempo que ha invertido en lo laboral le ha traído recompensas y su familia aprecia los esfuerzos que ha hecho por sacar adelante a su empresa.

Su jornada empieza a diario a las 6:00 horas y termina muy tarde.

Combina las horas de las comidas para compartir con su familia. Por las mañanas, tardes y noches reparte su tiempo en la comercialización de su producto y reuniones con distintos sectores y autoridades.

Asegura que para lograr el éxito, la mujer tiene que tener carácter y sueños.

Luz Mary se graduó como técnico en comunicaciones, una carrera que le gustaba mucho, pero no pudo terminar sus estudios de pregrado por circunstancias que se lo imposibilitaron.

“Hay que creer en lo nuestro y amar a lo nuestro, a lo boliviano y a lo que somos cada día, para crecer. Las distinciones de género es algo que se debe sacar de la cabeza de la gente”.



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