sábado, 10 de diciembre de 2016

Mujeres que inspiran Michelle Obama será inolvidable

Si se hiciese una encuesta rápida sobre cuáles son los números y, por tanto, las portadas más importantes al año de una revista de moda, un buen porcentaje de las respuestas incluirían los mismos meses: marzo, mayo, septiembre y diciembre. El número del cierre, el balance y la conclusión del año; las páginas dedicadas a celebrar las fiestas y a destacar figuras importantes, personajes significativos para la publicación, para el mundo de la moda y para el panorama sociocultural. La elección de quién es el rostro (o los rostros) que ahí aparecen es realmente significativa y la edición americana de Vogue ha tenido muy clara su apuesta: la “campeona de América”, Michelle Obama.

La (todavía) Primera Dama ha protagonizado su tercera portada para la revista, después de hacer su debut en 2009 y repetir en 2013. Y, de nuevo, la encargada de inmortalizar el momento ha sido Annie Leibovitz; en esta ocasión, enfundada en un vestido de Carolina Herrera blanco impoluto. Sí, después de que su última aparición la hiciese en un significativo color morado, el tono níveo vuelve con más fuerza para reiterar, quizás, el mensaje asociado al Power Dressing que desde hace un tiempo para acá viene transmitiendo. Aunque, por si quedaban dudas, sus palabras se encargaron de confirmarlo:

“Podría haberme pasado ocho años sin hacer nada y, de algún modo, habría estado bien. Podría haberme centrado en las flores. En la decoración. Podría haberme centrado en el entretenimiento. Porque cualquier primera dama, por derecho, tiene la opción de definir su rol. No hay una autoridad legislativa; no has sido elegida por los votantes. Y eso es un gran regalo de libertad”.

Y Michelle supo hacer buen uso de ese papel: la defensa por la igualdad salarial de hombres y mujeres, la escolarización de las más pequeñas a través de Let’s girls learn, la apuesta por la vida sana con campañas contra la obesidad infantil... Más allá de una simple consorte, Michelle se ha erigido como una de las mujeres más queridas en Estados Unidos (e incluso fuera de sus fronteras). Ha conseguido presentarse como una figura perfecta pero sin impostación extrema, fuerte pero sensible (en la misma entrevista confiesa que llora a menudo), con una sensatez que es palpable tanto en sus declaraciones que son pura motivación (¿o acaso alguien puede olvidar ese “que si trabajas duro puedes conseguir lo que te propongas; que con coherencia entre tus palabras y hechos, cumples con tu palabra y llevas a cabo con lo que te has comprometido”?) como en sus consideraciones sobre el poder:

“Creo que nuestra democracia ha sido muy exacta: dos legislaturas, ocho años. Es suficiente. Porque es importante tener un pie en la realidad cuando tienes acceso a esa clase de poder”.

Ya lo dijimos, pero esta portada lo confirma: Michelle no es como las demás y su sombra es cada vez más alargada. Lo sentimos Melania, pero después de esta entrevista, el listón está más alto que nunca.

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