miércoles, 14 de diciembre de 2016

En el área rural Mujeres mueren por falta de ambulancias, caminos y agua

La mortalidad materna en el área rural de Bolivia sigue siendo la más alta, solo 31% de las muertes se registra en las capitales de departamento y en El Alto, el resto, es decir, el 69% corresponde a áreas consideradas rurales o periurbanas.

“En general el número de muertes en áreas urbanas es mucho menor, nuestras mujeres se mueren en el campo, tienen rostro indígena casi en su totalidad”, dijo Marco Paz, investigador del Observatorio de Mortalidad Materna del Cides-UMSA, quien aseguró que ese indicador nacional encubre múltiples situaciones de desigualdad, exclusión y discriminación que vulneran los derechos de las mujeres de áreas rurales.

Diversos factores provocan que las mujeres sigan muriendo en el área rural del país, principalmente por causas controlables como la hemorragia o la hipertensión. También juegan contra la vida de las mujeres la falta de hospitales, de insumos necesarios para la atención, de agua y servicios básicos en centros de salud, de redes de referencias, de caminos carreteros y ambulancias que permitan el traslado oportuno de las mujeres a centros de salud. Eso al margen del aspecto cultural que a veces frena la llegada de la gestante al centro de salud.

CASOS

Esta problemática se ve reflejada en las cifras que revelan que del 100% de fallecimientos; el 42% ocurrió en domicilios, el 37% en establecimientos de salud, el 17% en el traslado. Para 2011, los departamentos de La Paz, Potosí y Cochabamba presentaron la mayor cantidad de muerte materna en Bolivia, estando éstas por encima del promedio nacional, 160 por cada cien mil nacidos vivos.

La siguiente historia, recogida en el estudio nacional de mortalidad materna 2011 habla de las carencias a las que se enfrenta una mujer en el área rural de Potosí: “Mi esposa falleció tres semanas antes de la festividad de Todos Santos del año 2011, después de estar cuatro días con dolor de estómago. Ella estaba embarazada de nueve meses. A los tres días del dolor llegó el enfermero y nos comunicó que debía ser llevada al hospital. Nos pidió sacarla hasta el camino y él se adelantaría para llamar a la ambulancia, pero el papá de mi esposa se opuso, diciendo que su hija no iría a morir a otro lado y que ahí nomás la salvarían. Al cuarto día nació el bebé muerto y como quince minutos después murió mi esposa después de sangrado abundante”.

En Potosí, el 46% de las muertes se produjo por hemorragias, como la primera causa y la primera también a nivel nacional. La mitad de las muertes han sido acontecidas en el domicilio y un 24% en el traslado, siendo ésta una de las cifras más altas del país, pese a que Potosí cuenta con 535 establecimientos de salud, la falta de acceso carretero, la inaccesibilidad geográfica, la no adecuación cultural de los servicios, son los causantes de esa cifra.

MINISTERIO

La responsable del Área de Salud Sexual Reproductiva del Ministerio de Salud, Mariana Ramírez, explicó que “cuando analizamos hemorragia materna como principal causa de muerte y como principal lugar de muerte el domicilio, pensamos que la articulación del sistema de salud es una de nuestras grandes debilidades”, admitió.

“Hay que ver el tema técnico, pero también el tema de acceso, se tiene que generar conciencia en los otros Ministerios porque hay muchas áreas donde hay centros de salud sin agua potable, por ejemplo, entonces de qué condiciones de calidad de salud estamos hablando”, sostuvo Ramírez.

En Potosí ocurre la mayor cantidad de muertes maternas en áreas rurales muy alejadas, donde no hay caminos adecuados. La responsable del Ministerio aseguró que autoridades de Obras Públicas, Agua, Educación, Justicia, Economía tienen corresponsabilidad en la tarea de disminuir la muerte materna en zonas rurales del país, “porque éste no es un asunto de salud solamente, es un asunto de Estado”, agregó.

Paz cree que los recursos médicos que se requieren son “simples” y que se necesita “definir y cumplir las funciones de todos los actores, además de tener sangre y quirófanos que funcionen”, entre otros recursos necesarios para evitar más muertes. “Tenemos poblaciones muy marginales, muy excluidas del sistema, hay poblaciones enteras que no han visto un dentista en su vida y las dificultades de acceso, geográficas y culturales son bastante agudas”, agregó.

Recientemente se reportó el fallecimiento de una mujer que provenía de Camargo con una complicación por hemorragia, según el personal de salud, llegó a Sucre para ser atendida pero tardíamente por la distancia que tuvo que recorrer, estaba ya en muy malas condiciones de salud y horas después falleció, el personal no puedo hacer nada.

De acuerdo con los relatos, incluso hay lugares del país donde no hay carreteras y sacan a las mujeres embarazadas en carretillas, en hamacas o cargadas por los hombres de la comunidad. Otras son atendidas por sus mismos esposos o parientes, sin la presencia de parteras o médico y solo asisten a los hospitales cuando se les presenta las complicaciones.

“En las provincias hay vías de acceso a las que no se puede llegar, a una casa en las montañas, que hace esa gente cuando la mujer va a parir, tiene que recorrer tres o cuatro horas a pie para llamar a un personal de salud”, manifestó Edwin Subirana, médico obstetra de Chuquisaca, que incluso refirió partos en domicilios donde no hay ni lámparas para atenderlas.

La relación de mortalidad materna aún es una de las más elevadas del continente, solo después de Haití. “Sin duda es una deuda muy grande que tenemos con la sociedad y los recursos que tenemos desde el Estado no alcanzan para subsanar muchas de las cosas que hay que volver a construir”, comentó por su lado la responsable del Ministerio. (ANF)

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