domingo, 10 de enero de 2016

Proyectos productivos empoderan a mujeres del valle cochabambino



Mujeres de cinco comunidades cochabambinas aprendieron a elaborar chompas, bufandas y chullos gracias al proyecto “Fortalecimiento de Mujeres Emprendedoras”, del programa de responsabilidad social “Generando emprendimientos con valores” de Coboce, iniciativa que generará “verdadera igualdad” en la población de la región.

La primera fase del proyecto benefició a 301 mujeres de Charamoco, Ucuchi, Playa Ancha, Tarisa y Capinota. Una de ellas es Maribel Flores, líder del club Madre Cándida, quien junto a sus compañeras recibe desde agosto capacitaciones en costura, repostería y ejercicio de sus derechos. “Nuestro sueño es exportar”, dijo.

Recordó que durante estos cursos, impartidos por profesionales del Instituto de Formación Técnica Integral, ella y sus socias visitaron otros centros de mujeres que envían sus textiles a otros países, lo que las incentivó a fortalecer su equipo. A la fecha, Madre Cándida compró 13 máquinas de coser con un capital de arranque entregado por la cementera que podrán pagar en un año y sin intereses.

El empoderamiento económico a través de proyectos productivos permitirá combatir el maltrato, la discriminación y la exclusión en la que muchas veces se ve sumida la población femenina. “Esto permitirá que haya la verdadera equidad e igualdad, como lo establecen los principios cooperativos”, explicó el gerente de Sistemas Integrados de Gestión de Coboce, José Luis Rendón, en un informe del programa.

En la primera etapa de las capacitaciones, las emprendedoras aprendieron a conocer las máquinas. “Nos costó mucho” aprender a manejarlas, confesó. “Al principio no se veían los resultados, solo tejíamos pedacitos. Pero estas últimas semanas hemos visto los resultados”.

Hoy, gracias a sus persistencia, 13 de las 301 mujeres que comenzaron con el proyecto continúan perfeccionando sus habilidades en la costura ya en la segunda etapa de la iniciativa. “Al principio varias de nuestras compañeras tuvieron dificultades con sus esposos e hijos, porque a veces nos perdíamos toda la tarde (y ellos) no entienden eso”.

Por ese motivo, las primeras prendas que realizaron fueron para sus familias y ahora esperan hacer crecer el grupo enseñando lo que aprendieron a las nuevas integrantes. “Somos un grupo solidario, pensamos en todas”, aseguró. “Todas las mujeres pueden y hay muchas en Capinota que quieren aprender.

Es el momento para que abran los ojos, porque se puede vender los productos a los colegios, mercados y hasta llevar al exterior”, afirmó.

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