jueves, 3 de abril de 2014

¿Mujer objeto?

El debate sobre la “mujer objeto” y sus efectos sociales se reaviva cada cierto tiempo, sobre todo cerca al Día Internacional de la Mujer, celebrado el mes pasado. Activistas como María Galindo de “Mujeres creando”, protestan contra el machismo o los concursos de belleza haciendo polémica sobre la situación de la mujer en varios aspectos.

Sabemos que la polémica es saludable, pero también sabemos que los extremos no lo son. Siempre que se habla de este tema, se pronuncian las activistas, la iglesia, las dueñas de agencias de modelos, pero casi nunca las mismas modelos, así que preguntamos a varias de ellas qué pensaban sobre este tema, y aunque fueron pocas las que se atrevieron a responder, algunas nos dieron su punto de vista.

“La mujer se vuelve un objeto, mas que por mostrar su belleza, por ser utilizada en parámetros machistas. La sociedad la vuelve objeto. El pensamiento machista es el que objetiviza a la mujer”, dice Alejandra Oliva, ex modelo de la agencia La Mesón.



Feminidad

Para la modelo Hannah Kusstatscher, la publicidad, donde se explota más la imagen de la mujer, es el espejo de la sociedad en la que vivimos y el reflejo de la cultura que hemos adquirido a lo largo de los años.

“La feminidad en la cultura que conocemos no se vive como algo propio, sino impuesto: es una máscara. Yo me pregunto qué hay detrás de la máscara, ¿una verdadera mujer?

Para mí ser mujer significa un camino interior y exterior, y como modelo descubro mis limites. La sociedad moderna realza como única forma de éxito un cuerpo perfecto. En esta escala de valores el primer puesto lo ocupa un cuerpo delgado y esbelto pero en mi opinión tener un cuerpo saludable no significa caer en la obsesión para conseguir el cuerpo inaccesible en la mayoría de los casos que impone la sociedad”, afirma la modelo cuya imagen se ve en calendarios de marcas conocidas.



¿Cultura?

Vivimos en un país violento con las mujeres, así lo demuestran los casos de violaciones, abusos físicos, psicológicos y trata y tráfico de personas que se develan cada día en la noticias. También es cierto que vivimos en un país en el que existe un sin número de concursos de belleza, desde los estudiantiles hasta los más renombrados como el Miss Bolivia. Dentro de la publicidad y los medios de comunicación se explota la imagen de “mujer bonita” delgada, alta, con el cabello largo, pero ¿Acaso todo esto contribuye a que se vea a la mujer como un objeto del que se puede abusar?

En culturas muy distintas a la nuestra como la afgana, la violencia que se ejerce contra las mujeres es brutal y estamos hablando de un país en el que las mujeres caminan tapadas de pies a cabeza y no existe una industria de moda o belleza, como en otras sociedades.

Según un informe, los crímenes violentos contra mujeres en Afganistán alcanzaron un nivel de brutalidad sin precedentes en 2013, a medida que se acerca la salida de las tropas internacionales, anunció un organismo de control de derechos humanos afgano.

Sima Samar, presidenta de la Comisión Afgana Independiente de Derechos Humanos (AIHRC, por sus siglas en inglés), dijo a la agencia de noticias Reuters, que la frecuencia y atrocidad de los ataques contra las mujeres se intensificaron en 2013, con un aumento de los episodios del 25% de marzo a septiembre.

“La brutalidad de los casos es realmente escabrosa. Mutilar la nariz, los labios y las orejas. Cometer violación pública”, dijo Samar. “La violación en masa va en contra de la dignidad, y contra la humanidad”.

Entonces, ¿El abuso contra las mujeres tiene que ver con volverla un “objeto de deseo”? o ¿se abusa de las mujeres porque físicamente es posible?

Seguramente no existe una sola respuesta a estas preguntas y seguramente no hay un solo culpable de estos abusos, pero claro, el caso de Afganistan es definitivamente un extremo.



Libertad

Ahora regresemos a nuestro contexto, en definitiva hay muchos aspectos a tomar en cuenta cuando se habla de “mujer objeto” y uno de ellos es la libertad que tienen o deberían tener las mujeres para decidir sobre su propia imagen y trabajo.

“Siempre me tocó trabajar con personas muy respetuosas y amigables, por lo que nunca me sentí un objeto”, asegura Kusstatscher.

Esta modelo cochabambina cita a la filósofa Simone de Beauvoir para explicar que la mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana. Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios. Muchas de las características que presentan las mujeres no les vienen dadas por su genética, sino por cómo han sido educadas y socializadas.



Censura

Llega un punto en el que se ha “manoseado” tanto la sexualidad femenina o la imagen de ésta, que la censura se torna exagerada y el cuerpo humano se comienza a ver como algo prohibido, como en la época en que los trajes de baño eran enterizos a rayas y el pudor solamente lograba coartar la libertad de las personas. Así lo demuestra la censura en Internet, cuando obligan a medios de comunicación a quitar imágenes del cuerpo femenino de sus páginas web o las Redes Sociales, que censuran fotos en el mismo sentido.

El problema al discutir sobre los derechos sexuales y reproductivos de la mujer ha sido el desvincularlos de nuestro ser integral, parece que hablamos exclusivamente de genitales, señala Angélica Valenzuela, directora del Centro de información, capacitación y apoyo a la mujer, CICAM. En este sentido, la sexualidad de las mujeres tiene que ver con su físico, carga de valores, percepciones de la vida y el contexto en que se desarrolla cada una, agrega la experta en género, en una entrevista a Revista Amiga.



EL CEREBRO HUMANO

Que los hombres vean a las mujeres como un objeto sexual tiene una explicación. Un estudio realizado por la Universidad de Nebraska, Estados Unidos, dio a conocer las razones científicas.

Todo se explica porque el cerebro humano procesa la forma de las imágenes de hombres y mujeres, de forma muy distinta. Mientras a ellos se les ve como un todo, a ellas se les percibe por partes. Este comportamiento cerebral se repite, tanto en hombres como en mujeres.

Según informa BBC, los hombres lo hacen para buscar pareja y las mujeres, para comparase con su “competencia”.

La profesora y psicóloga a cargo de la investigación, Sarah Gervais, dijo que: “Continuamente escuchamos que las mujeres son reducidas a sus partes corporales sexuales. Ahora podemos decir que no sólo los hombres lo hacen. Las mujeres también perciben a las mujeres de esta forma”, agregó.


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