martes, 4 de diciembre de 2012

Más mujeres se titulan, pero son menos en cargos directivos



De 2007 a 2011 son más las mujeres tituladas en universidades públicas y privadas, pero son más los hombres que ocupan cargos directivos y ganan más que ellas. Son datos iniciales de una investigación de Fernanda Wanderley y Gonzalo Chávez.

El documento de la socióloga y el economista titula Inclusión social: la brecha hombres-mujeres en algunas áreas sociales y fue presentado en la última Mesa de Debate Económico del año, organizada por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES).

Según datos del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB) en 2007 obtuvieron un título universitario 17.991 personas, de ese total fueron 9.696 mujeres y 8.295 hombres que culminaron los estudios universitarios.

El año pasado, el número de titulados llegó a 17,622 (menos que hace cinco años) y fueron 9.294 mujeres y 7.722 hombres que recibieron sus títulos académicos.

“La misma tendencia de incremento de la participación de las mujeres se observa a nivel universitario. Hacia 2011, la brecha entre hombres y mujeres se va cerrando”, precisa el documento.

En cuanto a la evolución de la matrícula por universidad se observa que en 2007 eran más hombres (154.835) que mujeres (141.603) que ingresaron a estudiar. El año pasado, esa tendencia se mantuvo, pero hubo un incremento en el número de mujeres (176.772) que ingresan a las aulas universitarias.

“Se observa la continuación de patrones diferenciados de carreras por género. Las carreras técnicas como Ingeniería y Agronomía mantienen alta concentración de varones mientras que las carreras en salud son ocupadas principalmente por mujeres. En las carreras sociales y económicas se observa la tendencia a la equiparación de estudiantes de ambos sexos”, señala el documento.

¿Por qué es importante este dato? Los autores explican que “el nivel educativo tiene un impacto muy importante sobre las oportunidades sociales, tanto para hombres como para mujeres. Las opciones de empleos mejor remunerados dependen en gran medida del nivel de instrucción. De igual manera, las mujeres mejor educadas administran la salud de ellas y de sus familias con más recursos, asimismo, la educación influye en la edad del casamiento y el número de hijas (os)”.

Sin embargo, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que son pocas las mujeres que llegan a puestos directos, en el sector público y privado. En 2009, de un total de 5.011.137 de personas, los hombres ocupan el 1,07% de los cargos principales y sólo el 0,71% de mujeres ocupa cargos directivos.

Los datos oficiales revelan que hay un incremento en las mujeres ocupadas como profesionales: en cinco años se duplicó el número de 4,6% al 8,6% (2005-2009).

En 2009, de un universo de 2.240.226 mujeres, el 27% tiene alguna ocupación como trabajadora en servicios o en el comercio. El segundo gran porcentaje, 26% está dedicada a las actividades de agricultura, pecuaria y pesca. Sin embargo, “disminuyó significativamente” este tipo de trabajo, en el 12%, en relación a 2005, señalan los autores.

Empero, la brecha salarial se mantiene a pesar de que hay una mayor inclusión de la mujer en el mercado de trabajo (57,4% en 2009). En el documento se ratifica que “la continua integración de las mujeres al mercado de trabajo responde a cambios económicos y sociales”. Sostienen que “la creciente necesidad de los aportes económicos de ambos miembros de la pareja así como de hijos e hijas, principalmente en los estratos menos favorecidos de la sociedad, acompaña los procesos de migración rural-urbana e internacional en un escenario laboral marcado por la informalidad y precariedad de los trabajos en los últimos 20 años”.

A pesar de la falta de datos actuales, mencionan que la brecha en ingresos tiene la misma tendencia para el área urbana y la rural. Indican que “de cada Bs 100 que gana un trabajador varón, una trabajadora mujer recibe en promedio Bs 57,4 (en 2009)”. La diferencia es más grande en el área rural. En el mismo periodo analizado “de cada Bs 100 que recibía un trabajador urbano, una trabajadora urbana percibía Bs 62,89, mientras que de cada Bs 100 bolivianos que recibía un trabajador rural, una trabajadora rural recibía Bs 39,55”.

Formación técnica y de negocios

Medidas

Se debería implementar medidas que faciliten a las mujeres rurales y urbanas para que accedan a programas de educación técnica, tecnológica y no formal.

Programas

Es relevante impulsar la formación para el trabajo técnico, promover y sostener programas de apoyo al emprendimiento femenino.

Una agenda de equidad pendiente

“En la primera década del nuevo milenio se ha producido un importante proceso de inclusión social y económica de las mujeres, es decir, las brechas en salud, empleo, educación, y acceso a los puestos de poder han disminuido parcialmente, en especial en el área urbana. Entre tanto, en el campo persisten grandes diferencias entre hombres y mujeres”, concluyen en su estudio de aproximación los investigadores Fernanda Wanderley y Gonzalo Chávez.

A pesar de las tendencias a la disminución de la exclusión social y económica de la mujer, los autores advierten que “en el ámbito del acceso al poder se observa una mayor participación de las mujeres, pero esta mayor representación no se traduce en avances concretos de la agenda de equidad de género”. Los participantes en la Mesa de Debate Económico organizado por la FES coincidieron con la propuesta de los autores: en las instituciones estatales y legislativas hay más mujeres, pero las temáticas de inclusión social de la mujer pasaron a un segundo plano. Faltan propuestas de políticas públicas de equidad, manifestaron.

Cumplir con leyes vigentes como tener guarderías en los lugares de trabajo o lavanderías públicas favorecería una mayor participación femenina en el ámbito público y privado.

Alfredo Seoane subrayó que debe tener mayor relevancia el 50% de la población boliviana.

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