domingo, 22 de julio de 2012

La falta de datos frena esfuerzos para dar poder a las mujeres

¿Cuántas mujeres de países africanos utilizan fertilizantes para cultivar sus hortalizas? Es una cuestión importante en una región agrícola, donde los escasos fondos de desarrollo para insumos marcan la diferencia entre una buena y una mala cosecha.

“Pero faltan datos para ayudar a la toma de decisiones, y las agricultoras —por lo general menos elocuentes que sus contrapartes masculinas— pueden ser perjudicadas”. Esta afirmación corresponde a la información publicada en el sitio web del Banco Mundial (www.bancomundial.org) respecto al informe de su presidente, Jim Yong Kim, en el evento “Evidencia e impacto: Cerrar la brecha de los datos sobre el género”.

En el artículo se afirma que “estas lagunas en la disponibilidad de datos son comunes, y obstaculizan los esfuerzos para ayudar a las mujeres en los países en desarrollo”; motivo por el cual el Banco Mundial “está facilitando el acceso a un número mayor de indicadores de género a través de un nuevo portal de datos”.

En datatopics.world bank. org/gender, se consolidan varias fuentes de estadísticas, herramientas y materiales de referencia que abarcan el empleo de las niñas y las mujeres, el acceso a las actividades productivas, la educación, la salud, la vida pública y la toma de decisiones, los derechos humanos, y resultados demográficos.

También incluye datos desglosados por género para 47 indicadores de inclusión financiera del Índice mundial de inclusión financiera, lanzado en abril; el Informe sobre el desarrollo mundial 2012: Igualdad de género y desarrollo, y el sitio Women, Business and the Law (Mujer, empresas y derecho) creado hace dos años, cuyos indicadores se basan en leyes y regulaciones que afectan las perspectivas de las mujeres como empresarias y empleadas.

Caroline Anstey, directora gerente del Banco Mundial, dice que el nuevo portal “evidencia que los datos sobre el género están más disponibles, pero continúa habiendo grandes lagunas”. Y “son importantes para que los responsables de formular políticas y los profesionales del desarrollo comprendan mejor, pero son difíciles de medir. Es necesario mantener y ampliar los esfuerzos del Banco Mundial y sus asociados destinados a fortalecer la capacidad local para reunir más y mejores datos en las naciones en desarrollo”.

Por ejemplo, sólo se dispone de datos recientes y confiables sobre la proporción de mujeres en el trabajo asalariado no agrícola en África para nueve de 47 países.En Asia meridional, apenas el 1% de la población está cubierta por todos los antecedentes del registro civil, y sólo el 2% en África al sur del Sahara.Jeni Klugman, directora de Género y Desarrollo del Banco Mundial, señala que “el Informe sobre el desarrollo mundial del año pasado mostró que es en relación con las voces y la representación de las mujeres donde el avance mundial sobre la igualdad de género está muy rezagado”.

Para ayudar a abordar esta cuestión, el Banco, en conjunto con ONU Mujeres, la División de Estadística de las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, puso en marcha en marzo la iniciativa de Pruebas y Cifras para la Igualdad de Género (EDGE, por sus siglas en inglés).

El objetivo es realizar cambios a través de nuevos métodos innovadores y el trabajo con los organismos de estadística de los países en desarrollo, para ayudarlos a evaluar las cuestiones de género como parte de sus ejercicios de recolección y compilación de datos, expresó Shaida Badiee, directora del Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo del Banco Mundial. “Es importante mejorar los datos para ilustrar las diferencias entre las oportunidades de las niñas, las mujeres y los hombres; lo que se mide, se nota”. Resultados económicos de mujeresCon el respaldo de la Fundación Bill y Melinda Gates, Global Findex agregó 47 preguntas destinadas a medir la inclusión financiera en una encuesta mundial de Gallup de 2011 realizada a 150 mil personas en 148 países. Los indicadores se pueden desglosar por género, edad, educación, ingreso y residencia rural o urbana, dice Leora Klapper, economista principal del Grupo de Investigaciones sobre el Desarrollo del Banco. El sondeo muestra que las mujeres son menos propensas a utilizar los servicios financieros formales que los hombres en todo el mundo. “Incluso entre el 20% más rico de los asalariados de economías en desarrollo, todavía encontramos una persistente brecha de nueve puntos porcentuales en el uso de las cuentas formales entre hombres y mujeres”, menciona Klapper.

Entre adultos que viven con menos de $us 2 al día, las mujeres tienen 28% menos probabilidades de poseer una cuenta formal que los hombres. Los datos en el sitio web tienen en cuenta las diferencias en función del género en 142 economías de todo el mundo, cubriendo seis áreas: acceso a las instituciones, uso de la propiedad, obtención de un empleo, provisión de incentivos para el trabajo, creación de crédito y la posibilidad de recurrir a la vía judicial. Discriminación en leyes y normasLos datos de Women, Business and the Law muestran que, además de las restricciones a las horas de trabajo, hay limitaciones a las industrias donde las mujeres pueden trabajar. En algunos países, están obligadas por ley o por costumbre a retirarse a una edad más temprana que los hombres, lo que a menudo impide su movilidad ascendente y crea brechas salariales. La discriminación o diferenciación entre hombres y mujeres es común en las leyes de ciudadanía, y existen distintas normas vigentes en términos de pasar la ciudadanía a los hijos por parte de la madre o del padre. La transmisión de la nacionalidad a un cónyuge es diferente si se origina en la mujer.

Rita Ramalho, directora de Women, Business and the Law del Grupo del Banco Mundial, expresa que la Corporación del Desafío del Milenio utiliza los datos para ayudar a determinar las donaciones a los países. “Algunos quieren saber qué es exactamente lo que se mide, cuáles son los cambios, qué están haciendo bien y qué no y cómo mejorar. Simplemente con brindar la información, los gobiernos y los ciudadanos son más conscientes y sienten la necesidad de hacer algo”, manifiesta.

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