domingo, 27 de febrero de 2011

Lola, la mujer más longeva de Bolivia a sus 110 años

Perdió a su padre a los tres años por la Guerra del Acre; su marido falleció también pocos años después de haber ido a la Guerra del Chaco | Bolivia ganó batallas en esas guerras y a pesar de las vidas sacrificadas por los bolivianos, se perdió parte del territorio.

Tras quedar huérfana de padre a los tres años de edad por culpa de la Guerra del Acre, Lola Ugarte se fue junto a su madre a vivir a la casa de su madrina Adela Ortuño, a quien ayudó a criar a su pequeño hijito, René, quién después se convirtió en uno de los presidentes más amados por los bolivianos.

“Yo nací en Tarata. De pequeña viví en Tarata”, dice doña Lola, quien ya tiene 110 años de vida y está a pocas semanas de cumplir 111 y convertirse probablemente en la decimosegunda mujer viva más vieja identificada en todo el mundo. Es la persona con más edad que se logró encontrar en toda Bolivia.

“Yo sabía leer y escribir pero ahora por este mi ojo izquierdo no puedo leer, me pusieron de cristal, me operaron, por eso ya no puedo ver”, cuenta al recordar su infancia en casa de su madrina.

“En la casa de mi mamá Adela había muchas vacas lecheras, comíamos choclos, chocolates, teníamos muchas cosas que comer, había mote… Yo vivía en la casa de la familia Barrientos, era feliz, ellos eran ricos, tenían todo, comían todo. Tenían muchos pongos, eran muy ricos; de pequeña yo también era como una patrona, no hacía nada, sólo jugaba mucho”, dice y relata que “hasta con trompos me hacían jugar, bolitas, y comíamos chambergos cuando jugábamos con el René. Era muy feliz”, sostiene y asegura que “la señora Adela Ortuño era muy buena, era mi madrina, se fue a la Argentina y allá murió”.

El expresidente nació en Tarata el 30 de mayo de 1919. En 1945 en Estados Unidos egresó como piloto. En 1964 fue elegido vicepresidente de la República y derrocó a Paz Estenssoro. Fue presidente de la Junta Militar (1964-1965), copresidente junto a Alfredo Ovando (1965) y en 1966 fue elegido presidente constitucional. El 9 de octubre de ese año ordenó la ejecución del guerrillero argentino-cubano Ernesto Ché Guevara y el 27 de abril de 1969 murió en un accidente de helicóptero en Arque.

“Barrientos ha muerto, en Arque le han baleado nos dijeron, era muy bueno, de pequeña vivió conmigo en Tarata”, reitera al recordar al mandatario.

“Cuando Barrientos murió, mucho hemos llorado, de pequeña viví con el Renecito Barrientos Ortuño, jugábamos mucho, era muy alajito” cuenta. En el valle cariñosamente lo conocían como el “misquibola” por sus grandes dotes de conquistador y carisma, apreciado especialmente por las damas.

En la casa de esa familia, Lola Ugarte conoció a quien sería su marido y padre de sus cinco hijos: Oswaldo Sandagorda.
“Mi esposo venía como todo enamorado, aquí no me dejaban salir, vino a pedir la mano y me casé con él”.

Cómo él era funcionario edil de Quillacollo, ella se fue a vivir con él a ese municipio, donde vive hasta ahora.

“Mi esposo trabajaba en la Alcaldía, murió muy joven. Preparábamos comida para vender. En el mercado tenía mi tienda. También vendíamos por la estación de tren, mi esposo me colaboraba mucho, ganábamos bien, con eso hemos vivido. Ahora recibo una pequeña rentita por parte de mi esposo, con eso vivo. Tenía un lote grande, así me decía don Osvaldo Sandagorda, que trabajaba en la Alcaldía”, cuenta al recordar que como todo buen quillacolleño, jamás faltó a la fiesta de la virgencita de Urkupiña.

“Íbamos a la fiesta de Urkupiña, teníamos un puesto de venta, era una carpa muy grande, vendíamos comida, chicha y muchas otras cosas, hacíamos almuerzo de maní, chanqa de pollo, mi hija mayor me ayudaba mucho”, dice y asegura que quisiera poder seguir vendiendo, pero ya no puede porque no tiene la fuerza necesaria para hacerlo.

“Vivo de la renta de mi esposo, vivo feliz con esa rentita. Esa renta me pagan por el trabajo que realizó mi esposo en la Alcaldía, él era vigilante municipal, poco después se enfermó y murió, le operaron y no recuperó más, se murió”, dice para agregar que “antes por mi renta recibía 500 bolivianos, luego 1.800 bolivianos y ahora recibo 2 mil bolivianos. La pagadora de la Alcaldía es una muy buena señorita, hasta aquí me lo trae mi rentita, mi hija me lo guarda”.

Ahora ella extraña comer como en el pasado. “Ni dientes tengo, a todos mis hijos les hice poner dientes pero ellos a mí no me han hecho poner”, dice y explica que también extraña ver la ciudad y pasear por sus calles.

“A veces les digo que me saquen de paseo por las calles, pero ellos no me sacan, qué voy a hacer, este frío me enferma la garganta”.

Tras un largo suspiro dice: “De joven era pícara, pero ahora poco recuerdo; escucha, te lo voy a cantar… Carnaval carajo, Noqa jina kawaq, Chola marq'arisqa, Wasamay urmawaq”.

Hitos históricos que afectaron su vida

La Guerra del Acre


“Mi papá me dejó de muy pequeña, era en tiempos de la Guerra del Acre. Poco después se murió”.

Dos millones de libras

“El conflicto militar del Acre tuvo su punto más álgido entre 1902 y 1903, pero comenzó realmente en 1899 con el primer levantamiento secesionista en Puerto Acre, mientras el país vivía la Guerra Civil en altiplano y valles”, dice el libro Historia de Bolivia de Jose de Mesa, teresa Gisbert y Carlos D. Mesa Gisbert.


“El origen de esta guerra está en las diferencias de límites con el Brasil y la importancia de la goma en la región. El antecedente más crítico fue el tratado de 1867 firmado por Melgarejo, que marcó los límites binacionales entre la confluencia del Mamoré y el Beni (cediendo soberanía sobre el río Madera que es nuestro principal acceso al Atlántico en el norte)”, relata el libro.”La excusa para la intervención brasileña se dio en 1902, con la propuesta de Félix Avelino Aramayo de crear una sociedad anglonorteamericana, Bolivian Syndicate, que arrendaría la totalidad del Acre a Bolivia y lo explotaría de manera privada. El Barón de Rio Branco, Ministro de exteriores de Brasil, protestó y acusó a Bolivia de romper las reglas de la soberanía en el continente”.


Según este documento histórico, tras el triunfo del general Pando que comandaba las ropas bolivianas sobre Castro que dirigía a los brasileños, el 17 de noviembre de 1903 se firmó el tratado de Petrópolis “por el que cedían el territorio del Acre a cambio de una compensación pecuniaria de dos millones de libras esterlinas”.

La Guerra del Chaco

“Él (su esposo) fue a la Guerra del Chaco, pero no sé por qué motivo se volvió. De aquí les llevaron a muchos jóvenes, especialmente a los omisos. Muy pocos volvieron, sabemos que muchos bolivianos murieron en la Guerra del Chaco, cayeron prisioneros y se lo llevaron al Paraguay, lo mismo a muchos paraguayos les trajeron prisioneros aquí, José Iriarte les manejaba a ellos aquí.”.

Bolivia contra Paraguay
“El 15 de julio de 1932, una fracción del ejército paraguayo desalojó a una guarnición boliviana de laguna Chuquisaca -Pitiantuta para ellos- y en represalia, las fuerzas bolivianas capturaron los fortines paraguayos Toledo y Corrales el 28 de julio. De esa manera comenzó la funesta guerra con el paraguay”, dice el libro Historia de Bolivia de Florian Giebel.


“El presidente Daniel Salamanca tenía muy claro que Bolivia debía dominar la región del Chaco que estaba en conflicto (…) Un incidente verbal en Washington con el representante paraguayo, sirvió de excusa para la ruptura de relaciones diplomáticas con el Paraguay el 1° de julio de 1931”, dice el libro Historia de Bolivia de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa Gisbert. “Hay muchas interpretaciones sobre los verdaderos móviles de la guerra. La más socorrida es la que dice que en realidad fue un conflicto promovido por el imperialismo, que se reflejaba en el enfrentamiento entre la petrolera norteamericana Standard Oil que operaba en Bolivia y la anglo - holandesa Royal Dutch Shell, cuya subsidiaria Union Oil Co. iba a operar en el Chaco Boreal”.

La virgen de Urkupiña

Según la leyenda correspondiente, la Virgen María se apareció a una niña pastora que estaba cuidando su rebaño de ovejas en el cerro próximo a la población de Quillacollo. Al enterarse de lo acontecido, los padres y vecinos de la niña indagaron acerca de la morada de la Virgen. La respuesta de la niña, en su lengua Quechua, fue "urqupiña" es decir "ya está en el" "cerro" (urqu=cerro, piña=ya está), de ahí el nombre castellanizada de Urkupiña.


Aunque no existe claridad respecto a la fecha exacta del reconocimiento oficial de la Virgen de Urqupiña como imagen auténtica mariana, según algunas fuentes está establecido que el culto a dicha imagen se remonta al siglo XVI, sin embargo, no existe un solo documento que apoye fehacientemente esta afirmación, es más posible que el culto se haya iniciado hacia mediados del siglo XVIII. (Extraído de El mundo colonial de Quillacollo. Historia del milagro: antología de Urqupiña, de Rafael Peredo Antezana)

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